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El exjuez de la Audiencia Provincial de Álava, Jaime Tapia, defiende la legalidad de todos los pasos que da el Gobierno vasco. igor martín
Jaime Tapia | Asesor del Gobierno vasco en materia penitenciaria

El Gobierno vasco dice que trata a los presos de ETA como al resto de reclusos

Defiende la gestión que se está haciendo de la transferencia de Prisiones y la legalidad de todos los beneficios otorgados

david guadilla

Domingo, 4 de septiembre 2022, 01:03

Jaime Tapia es el principal asesor del Gobierno vasco en materia penitenciaria. A punto de cumplirse un año de la transferencia de Prisiones, las polémicas ... se acumulan. El traslado de presos de ETA, los beneficios y progresiones de grado concedidas a una veintena de miembros de la banda, las denuncias de los sindicatos por falta de personal y recursos... El exjuez de la Audiencia Provincial de Álava asume carencias y admite que quizás tiene que haber más «pedagogía» para explicar algunas decisiones, pero defiende la gestión que realiza el Ejecutivo y niega «tratos de favor». «No admitiremos ese tipo de tratamiento desigual. Lo digo con toda sinceridad».

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- ¿Entiende el malestar de algunas víctimas? La AVT habló del «dolor» que suponen acercamientos como los de 'Txapote' y Parot.

- Tenemos mucho respeto por las víctimas. Hasta cierto punto es comprensible su malestar. Ellas son las que directamente sufrieron la violencia. Lo que pasa es que nosotros tenemos que cumplir los requerimientos de la ley y hay personas que tienen derecho a acercarse a Euskadi.

- ¿Hay beneficios extraordinarios para los presos de ETA en las cárceles vascas?

- No. Están siendo tratados como el resto de internos. Lo que pasa es que tienen unas circunstancias que hacen que, de alguna manera, haya que aplicar distintos planteamientos. Pero no porque vayamos a implementar políticas diferentes, sino porque los criterios son técnicos y jurídicos.

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- ¿A qué se refiere?

- Fundamentalmente tiene que ver con la concesión de permisos y los terceros grados penitenciarios. El Código Penal les exige una cierta conducta respecto al propio hecho delictivo y en relación a las víctimas.

- La petición de perdón.

- Se traduce en el arrepentimiento. La consideración de que los hechos que cometieron no fueron justos. Una empatía hacia las víctimas que la Audiencia Nacional lo identifica con el perdón. Nosotros entendemos que tiene que haber unas disculpas, un acercamiento empático hacia las víctimas, manifestando que lo que hicieron con ellas fue injusto y no lo volverán a hacer.

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- Hay sindicatos que denuncian que sí disfrutan de beneficios especiales, que los miembros de ETA reclaman celdas individuales, que desarrollan labores que otros internos no hacen...

- Dicen que estamos dando privilegios. ¿Cuáles? Que digan uno concreto. Hemos hecho una unidad de madres, pero se aplica para unos y para otros...

Presos de ETA

«Están siendo conscientes de que aquello fue un error muy grave, que causó un daño intolerable»

Solo dos revocados

- Pero no sólo se trata del régimen interno, también se cuestiona la idoneidad de los terceros grados que se están concediendo a presos de ETA.

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- Sólo un dato. Creo recordar que hemos concedido 24 o 25 progresiones de grado a presos de ETA. A día de hoy la Audiencia Nacional solo ha rechazado dos. Es que no tomamos una decisión autónoma, la toman las Juntas de Tratamiento, que están compuestas por una serie de personas como son el director del centro, su equipo... que son las que conocen el día a día de los internos. Personas que, por cierto, son las que estaban antes de recibir la transferencia. Y aplican los mismos criterios a una persona de ETA que a otro preso. Hay un análisis técnico y científico.

- ¿En qué medida son importantes las cartas que escriben los presos de ETA? La Audiencia Nacional ha echado para atrás unas cuantas al considerar que no eran sinceras.

- Bueno, yo creo que entre los presos ha ido calando poco a poco una evolución. Hay un avance positivo desde el punto de vista humano, desde el punto de vista de lo que es propiamente la actitud hacia el delito y hacia las víctimas. Estas personas están interiorizando elementos positivos para la convivencia, están siendo conscientes de que aquello fue un error muy grave, que causó un daño intolerable para unas personas, y eso se transmite en las misivas. Y como ciudadano me parece un avance importante porque de alguna manera es algo positivo para la convivencia en este país.

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- Pero ese avance moral que usted percibe contrasta con la impresión de las víctimas de que cada vez es mayor la aparición de simbología de apoyo a los presos de ETA en las calles.

- Creo que hay distintas perspectivas en ese mundo. Nosotros analizamos comportamientos individuales de cada persona y en este caso tienen que tener claro que se tienen que alejar de todos estos gestos que la ciudadanía del País Vasco no tolera en absoluto. Esas fotos, estas manifestaciones...

Flexibilidad

«Algunos piensan que damos los terceros grados y permisos alegremente»

- ¿Y usted tiene claro que lo hacen?

- En esos documentos, en esas cartas, se apartan de esas ideas. Tenemos el aval de los expertos de esas Juntas de Tratamiento que confirman que no es una especie de triquiñuela o un subterfugio que se intenta realizar para engañar al sistema. Y hay que recordar que estas personas que están en tercer grado pueden volver a segundo. Hay que asumir ciertas cosas con naturalidad.

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- ¿A qué se refiere?

- ETA desapareció hace diez u once años. En general, todo el mundo entiende que los presos deben ser acercados.

- Pero quizá el problema no sea dónde cumplan la condena sino que salgan antes de lo que les corresponda.

- Es verdad que hay que hacer pedagogía. Hacer entender que los beneficios penitenciarios no se dan gratuita o alegremente, o como una especie de triquiñuela política, sino que obedecen a los requerimientos legales. Que estamos cumpliendo con la ley y que además esto supone un avance en la convivencia de una sociedad como la vasca que cree en la reinserción de las personas y en las segundas oportunidades.

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- Hay otros datos que generan polémica. Ustedes han recibido cerca de 200 peticiones de presos internos en otras comunidades para estar en Euskadi. Han rechazado más de la mitad. Pero de las aceptadas un número importante corresponde a presos etarras. ¿Ahí tampoco hay un trato de favor?

- Bueno, entiendo que se formule esta pregunta porque aparentemente sí que lo parece, pero es que estamos recibiendo peticiones de lo más, vamos a decir entre comillas, variopintas.

- ¿A qué se refiere?

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- No hay una norma clara que diga cuándo una persona tiene que cumplir condena en el País Vasco. Y entonces se recurre a un criterio, a una norma no escrita, que es la del arraigo: personal, familiar, social, económico... Le pongo un ejemplo. Hay un ciudadano nigeriano condenado por la Audiencia Provincial de Madrid que le detienen en Vitoria e ingresa en Madrid. Toda la trayectoria penitenciaria la ha hecho en esa comunidad. ¿Y qué dice? Que tiene unos primos en Vitoria y quiere venir a Zaballa. Y es más, si lee la carta que ha mandado dice que él es vasco. Y como esa situación hay muchas.

- ¿Está habiendo un 'efecto llamada' entre los presos por cómo se gestionan las cárceles vascas?

- Yo no puedo utilizar la expresión 'efecto llamada' porque eso tiene unas connotaciones estigmatizantes y peyorativo. Pero sí que hemos detectado personas que quieren venir al País Vasco. Hay que analizar cuáles pueden ser las circunstancias.

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Triquiñuelas

«Hay quien trata de demostrar su arraigo en Euskadi para ser trasladado diciendo que tiene un primo»

«Algunos no quieren venir»

- Será porque piensan que sus condiciones serán mejores o porque pueden acceder mejor a terceros grados.

- Pero hay cuestiones que ya estaban antes. En realidad, sólo llevamos un año gestionando. Zaballa siempre ha tenido buena fama. Yo creo que a veces, muy erróneamente, algunos piensan poco menos que se van a dar los terceros grados y permisos a 'tutti frutti'. Por eso tenemos que filtrarlos. Lo que no podemos hacer es abrir la puerta a todo el mundo que quiera venir porque tenga un amigo o un pariente. Y en el caso de los que estuvieron en ETA, con lo del arraigo no hay ninguna duda. Aunque también sabemos que hay algunas personas de esta organización que no tienen interés en venir.

- ¿Se sabe el motivo?

- Los intuyo. Pueden ser diferentes razones: hay personas que ya han roto sus vinculaciones con el País Vasco, que igual prefieren estar lejos de algunas personas... A veces hay que cambiar a un preso de un centro penitenciario porque tiene incompatibilidades de enemistad que pueden provocar problemas.

- ¿No cree que al final puede calar en parte de la sociedad ese mensaje de que las cárceles vascas son un 'resort'?

- Es verdad, puede ser. A mí me ha llegado ese mensaje. Pero es que para nada. El cumplimiento de una condena en el País Vasco va a ser parecido a si se realiza en el resto de España. Al final, de verdad, desde un punto de vista objetivo, no hay ningún beneficio diferente para una persona que esté en un centro penitenciario de la Administración Penitenciaria del Estado o en Euskadi.

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- Algunos sindicatos están diciendo que el modelo vasco de prisiones se basa en tener presos poco conflictivos.

- Eso no es verdad. Es que yo no puedo ir a Instituciones Penitenciarias y decirle: 'Mire, es que yo le voy a mandar los malos y los buenos me los quedo'.

- ¿Se han rechazado traslados por falta de personal?

- No tener todo el personal condiciona tus decisiones, pero no diría que hemos rechazado ingresos porque no tengamos personal. Es verdad que, a medida que superemos este periodo de transición, habrá más funcionarios y estará abierto el centro penitenciario de Zubieta. Probablemente entonces también podamos asumir un mayor número de internos.

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