La Constitución del 78, «nunca tan amenazada, jamás tan necesaria»
Ramón Jáuregui y Alberto López Basaguren «celebran» en un coloquio el 47º aniversario de la Carta Magna: «Defenderla es defender la democracia»
«Me temo que hoy seremos de los pocos que hoy conmemorarán el aniversario de la Constitución». Alberto López Basaguren, catedrático de Derecho Constitucional de ... la UPV/EHU, tuerce el gesto al reconocer esta realidad. «Es algo especialmente significativo en un país como el nuestro, en el que todo el mundo parece alejarse de su defensa creyendo que otros mantendrán su vigencia, que está más en entredicho que nunca». Si se analiza la realidad política actual, la Carta Magna, aprobada en referéndum tal día como hoy en 1978, afronta un incierto escenario futuro con amenazas tanto internas como externas. De ahí que la asociación ciudadana Euskal Federalistak organizara el jueves en Bilbao una conferencia 'mano a mano' entre el propio Basaguren y Ramón Jáuregui (San Sebastián, 77 años) para «celebrar» la efeméride y «reivindicar la necesidad de defenderla». «Hacerlo, es defender la democracia», coincidieron los ponentes.
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En opinión de ambos, en estos momentos nos enfrentamos a una «gravísima crisis» del sistema político actual, no sólo en España, sino en todo occidente. Hablaron de «situación gravísima», de «momento dramático», de que Europa, incluido nuestro país, «sigue bailando en el Titanic» mientras le acorralan una serie amenazas. Ahí el exvicelendakari y exministro socialista detalló los «caballos de Troya» que buscan el fin de la democracia. Citó, por ejemplo, la infocracia –información masiva y continua de la ciudadanía en la generación que ha destruido la conversación pública de la democracia– y los extremismos basados en la polarización, el populismo y la posverdad –«nada es verdad, nada es mentira, todo es posible»–.
Pero Jáuregui fue más allá y habló del deterioro de las instituciones y de la separación de poderes, poniendo el foco en que las injerencias del Ejecutivo están provocando que el Legislativo «esté perdiendo fuerza a chorros». «Estamos ante un peligrosísimo deterioro del sistema institucional que sostiene a la democracia», analizó. Y si a ello le sumas la «tentación» cada vez más extendida de cambiarla por regímenes de «monarcas modernos» con «jerarquías y estructuras de poder eficientes, aunque no democráticas», como China, nos acercamos a una 'tormenta perfecta'. «¿Y frente a todo esto qué tenemos? ¡La Constitución! Abierta a todas las opciones políticas, que reconoce el pluralismo político, protege las libertades, ordena los poderes y fortalece sus instituciones. Una Constitución moderna y funcional que garantiza la alternancia política», argumentó. «De manera que, cuando no sabemos muy bien cómo hacer frente a esta crisis, la solución es defender la Constitución», insistió.
Tanto el exdirigente socialista como Basaguren pusieron de manifiesto la labor que en estos 47 años ha realizado la Carta Magna para garantizar un periodo de estabilidad y convivencia inusual en la historia de España. Casi medio siglo de «paz, libertad y progreso» porque, hasta ahora, «todos» los partidos han podido desplegar su acción política bajo su paraguas. «Hasta el PNV, que ha ejercido todo su inmenso poder en el marco de nuestra Constitución. Porque el Estatuto, no lo olvidemos, es hijo directo de ella», expuso el que también fuera eurodiputado por el PSOE.
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Basaguren apostó por «un proceso de revitalización» del texto, «pero no ponerlo patas arriba para ir a una nueva Constitución»
Pero en este medio siglo, la norma suprema comienza a evidenciar ciertas tensiones que requerirían de una «reforma» del articulado para adaptarse a la situación actual y afrontar el futuro que se acerca con mayores garantías. Una apuesta por «revitalizarlo» y así poder responder a las necesidades de las nuevas generaciones, que «como no vean que la Constitución responde a sus expectativas y problemas vitales, no se van a sentir plenamente identificadas» con ella. Un planteamiento defendido desde hace años por el catedrático de la UPV/EHU, y que Jáuregui vino a compartir. Eso sí, dejando claro que hay «cuatro piedras de bóveda sobre las que descansa todo el sistema constitucional y que si las mueves, el arco se cae: la monarquía parlamentaria, el Estado de bienestar, el credo democrático y el sistema autonómico».
Reforma del Título VIII
Este último punto es, precisamente, sobre el que Basaguren plantea acometer una reforma. Jáuregui planteó que esa actualización no puede ir orientada ni hacia una «recentralización» ni hacia modelos que «rompan con la unidad o la existencia de un Estado con determinados poderes básicos». «Puedes derivarlo hacia un federalismo más perfecto pero no puedes establecer o alterar las bases hacia un régimen confederal», señaló.
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Ahí Basaguren insistió en la necesidad de «revitalizar, no de poner patas arriba el sistema e ir a una nueva Constitución». «Pero corremos el riesgo de que la incapacidad de afrontar las reformas necesarias lleve al colapso del sistema constitucional», advirtió. Y puso el foco en el Título VIII y en la necesidad de clarificar el «sistema de distribución de competencias para desmenuzar cada materia y marcar qué corresponde a cada uno».
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