Bruselas presiona a Francia porque la conexión con la 'Y vasca' es de «extrema importancia»
El Corredor Atlántico solo podrá completarse a tiempo si París invierte 6.500 millones de euros adicionales en el enlace ferroviario con España
Aumenta la presión sobre Francia para completar a tiempo la conexión de alta velocidad con España. Después de que la Eurocámara ratificara 2030 como fecha ... para finalizar la red ferroviaria transeuropea, la Comisión Europea ha redoblado sus contactos con el Elíseo para que destine las inversiones necesarias para conectar a tiempo su trazado ferroviario con la 'Y vasca' y el Corredor Atlántico. Ese enlace es de «importancia extrema» para Bruselas, admiten a ELCORREO fuentes oficiales del Ejecutivo comunitario. El movimiento estratégico impulsado por Iñigo Urkullu sigue recabando aliados.
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El lehendakari, en calidad de presidente de la Comisión del Arco Atlántico, ha encabezado la rebelión de las comunidades autónomas del Cantábrico –integradas dentro del conocido como 'lobby del Norte'– para hacer frente a las demoras en la construcción de la conexión de alta velocidad con Francia del Corredor Atlántico. París no contempla esta línea como «prioritaria» y, según su plan para financiar el denominado 'Grand Projet du Sud Ouest', la infraestructura no estará lista hasta 2042, doce años después de lo previsto.
Este retraso es inaceptable para las autonomías del Cantábrico, que ven la línea de alta velocidad como un proyecto fundamental para mantener su competitividad económica y atraer inversiones. El movimiento liderado por Urkullu ha atraído a los presidentes autonómicos de Asturias, Cantabria y Galicia y también ha conseguido sumar fuerzas con la región francesa de Nueva Aquitania y con Gales. En paralelo, el lehendakari ha solicitado una reunión con la comisaria europea de Transportes, Adina Valean.
A falta de que se concrete ese encuentro, el mensaje desde Bruselas es claro: es de «extrema importancia» que la red transeuropea esté completa para 2030. Este proyecto incluye la creación de nueve corredores, entre ellos el Atlántico, y aunque el Ejecutivo comunitario asegura que la parte española del trazado y la 'Y vasca' «avanzan a buen ritmo» y «finalizarán a tiempo», el proyecto se atasca en la frontera francesa.
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La iniciativa europea contempla la construcción de dos nuevas líneas de alta velocidad en Francia, que conectarán Toulouse y Burdeos, y otra de aquí a España (esta última conocida como el tramo Burdeos-Dax, que enlaza con la 'Y vasca' en Irún). Las dos vías ferroviarias sumarían un total de 327 kilómetros de trazado y compartirían 55 kilómetros de la línea entre Burdeos y el sur del departamento francés de Gironda. De acuerdo al plan financiero del proyecto, Bruselas calcula que las autoridades francesas deben llevar a cabo una inversión adicional de 6.500 millones para completar la conexión entre Francia y España.
Máxima atención
Pero, por el momento, París no ha mostrado su intención de realizar esa inversión, más bien al contrario. La Comisión Europea ya dio un primer toque de atención a las autoridades francesas en marzo, cuando vio las primeras señales de que el Elíseo retrasaría la construcción del corredor, lo que pone en jaque la conexión entre Portugal, España, Francia y Alemania para el transporte de pasajeros y mercancías. El portavoz de Transportes, Adalbert Jahnz, aseguró entonces que Bruselas seguía la ejecución del proyecto «con mucha atención» y que ya se había puesto en contacto con Francia para «aclarar algunos asuntos» relativos a una posible demora.
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El Ejecutivo comunitario mantiene esos contactos y trata de añadir presión junto al coordinador para el proyecto del Corredor Atlántico para que la conexión con España se incluya en la propuesta del nuevo programa de Transportes que Francia debe presentar en los próximos meses.
La preocupación también existe a nivel nacional. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró en una entrevista publicada en EL CORREO que había discutido esta cuestión con el presidente galo, Emmanuel Macron. Aseguró, además, que España ha involucrado a la Comisión en el debate, ya que el Corredor Atlántico «es un elemento vertebrador desde el punto de vista territorial, definitoria de la competitividad presente y futura».
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Reconoció que «durante muchísimo tiempo» el Gobierno se ha dedicado a hablar del Corredor Mediterráneo, pero prometió a los presidentes autonómicos del Cantábrico que España «va a cumplir con sus objetivos» para que el eje Atlántico sea una realidad «antes de 2030».
Mientras, la postura francesa no muestra signos de desgaste ante estas presiones. El presidente Macron respondió a Urkullu por carta que «toma nota» de las quejas de las regiones del 'lobby del Norte' por los retrasos en la conexión de alta velocidad, pero no se comprometió a finalizar las obras en ningún plazo concreto. Se limitó a señalar que la intención de avanzar en ese enlace «está encima de la mesa».
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Por su parte, el lehendakari ha asegurado que no cejará en su intento de agrupar a empresas, agentes sociales y comunidades para defender los intereses de las autonomías del Norte. «Sabemos que ésta es la vía para garantizar el bienestar presente y futuro de nuestras sociedades», subraya.
Once años de trabajo al más alto nivel en la Eurocámara
La ratificación de la Eurocámara para concluir la conexión de alta velocidad transeuropea en 2030 es fruto de años de trabajo al más alto nivel en Bruselas. El PNV, a través de su eurodiputada Izaskun Bilbao, ha tenido un papel crucial en este sentido, ya que el grupo Renew (el tercero con más representación en la Eurocámara) delegó en ella las labores de negociación.Este proceso ha servido para fijar como «prioritario» el Corredor Atlántico y la 'Y vasca', establecer 2030 como plazo límite y reforzar las competencias de la Comisión Europea para tutelar el cumplimiento de los compromisos de los países europeos.
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