El Gobierno de España «condena sin paliativos» el bombardeo de Gernika

En realidad, la lupa estaba puesta en Gernika desde antes. En concreto, desde que el lehendakari Urkullu sacó a la luz, en noviembre pasado, un día después del aniversario de la muerte de Franco y en pleno debate sobre la ley de Memoria Histórica en el Congreso, una carta que remitió a Pedro Sánchez hace un año para invitarle a visitar juntos la villa y, sobre todo, a pedir perdón o al menos realizar un acto de «desagravio» en nombre del Estado por el ataque perpetrado por los nazis, aliados entonces del bando franquista.

El jefe del Ejecutivo de Vitoria acompañó su misiva con otra que le había hecho llegar un superviviente, ya nonagenario, del bombardeo para exigir unas disculpas públicas de Moncloa. Tras la mención del presidente ucraniano, Lakua insistió en la invitación a Sánchez, que no ha obtenido respuesta. Hoy, a primera hora de la mañana, el presidente ha publicado un mensaje en sus redes sociales recordando la efeméride.

Más tarde, el Consejo de Ministros aprobó una declaración institucional en la que «el Gobierno de España considera que el ataque aéreo sufrido por esta localidad el 26 de abril de 1937 merece una condena sin paliativos». Lo hizo en un texto de tres puntos:

1. El Gobierno renueva el reconocimiento de la sociedad española hacia las víctimas y sus familiares, que ha sido expresado anualmente en numerosos actos conmemorativos y de homenaje.

2. Declara su compromiso con la pervivencia de la memoria de todas las víctimas, tanto de quienes perdieron la vida, como de quienes sobrevivieron y llevaron para siempre entre sus recuerdos las imágenes y las vivencias de la tragedia colectiva que significó la guerra civil.

3. Reafirma su compromiso en la defensa de los principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, así como en la construcción de una memoria común que contribuya al mantenimiento de la paz.

«La guerra nos recuerda la necesidad de seguir aprendiendo las lecciones de la historia reciente, así como la obligación de seguir defendiendo los principios del derecho internacional humanitario, los derechos humanos y los valores sobre los que se sustenta la convivencia democrática y la defensa de la paz. Un patriotismo europeo con una clara vocación universal», concluye la declaración institucional.

Aunque el presidente del Gobierno no estará esta tarde en Gernika, Moncloa sí hará un gesto al enviar a los actos de homenaje al secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López. El alto cargo, dependiente del Ministerio de la Presidencia que encabeza Félix Bolaños, estará acompañado por el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso.

Una representación gubernamental de alto nivel que no presupone que el Gobierno tenga previsto pedir perdón. En el PSOE han aludido en los últimos meses al sesgo «ideológico» de la exigencia de Urkullu y a la «manipulación histórica» que supondría que un Ejecutivo democrático, emanado del régimen del 78, asuma responsabilidades por los desmanes de la dictadura.

En el entorno del lehendakari y en el PNV recuerdan, sin embargo, que los socialistas apoyaron en 2017 una moción que los jeltzales llevaron al Senado para instar al Gobierno, entonces liderado por el PP, a «reconocer la responsabilidad» del Estado en el ataque de la aviación alemana e italiana. El texto fue tumbado con los votos de los populares y en esa clave hay que interpretar que hoy, de nuevo, el grupo jeltzale lleve el asunto a la Cámara alta. La senadora Estefanía Beltrán de Heredia, preguntará a la ministra de Justicia, Pilar Llop, si el Gobierno tiene previsto realizar «algún acto de desagravio» a Gernika «como símbolo universal contra la guerra».

Urkullu participará junto a los vicelehendakaris Idoia Mendia y Josu Erkoreka y la consejera Beatriz Artolazabal en el responso y la ofrenda floral que se celebrarán a partir de las cuatro y media de la tarde en el cementerio de Zallo en Gernika. Al acto, presidido por la Corporación municipal, asistirá el primer secretario de la embajada de Ucrania, Sergii Solovey, en sustitución del embajador, que ha disculpado su asistencia por problemas de agenda. Posteriormente, la secretaria general de Acción Exterior, Marian Elorza, y el director de Migración y Asilo, Xabier Legarreta, acudirán, junto con el representante ucraniano, a una recepción en la Casa de Juntas, para después visitar el Museo de la Paz.