Carles Puigdemont, el jueves en Elna EP

Puigdemont no quiere jugar en el Bernabéu... y en el Nou Camp solo si gana

El líder de Junts será candidato en las elecciones catalanas del 12 de mayo pero solo volverá si le garantizan que será investido presidente de la Generalitat

Viernes, 22 de marzo 2024, 12:45

El sarao que el presidente Puigdemont se montó el jueves por la tarde en la localidad francesa de Elna para anunciar al mundo que (oh ... sorpresa) será el candidato de Junts en las elecciones autonómicas catalanas del 12 de mayo provocó, por un lado, el entusiasmo de los devotos presentes y, por el otro, la confirmación de que jugará sobre seguro, que eso de regresar como un héroe para que le detenga la Policía no entra ni mucho menos en sus planes. ¿Y si al final no vuelve?

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Puigdemont aprovechó su primer gran acto de campaña para ridiculizar al PSOE y, por ende, al Estado, proclamando su «victoria» y advirtiendo de que el procés de 2017 fue poco menos que una broma con lo que está por venir. También aprovechó para tender la mano a Esquerra Republicana ofreciendo una lista únitaria que sabe que nunca llegará porque en el fondo ambas formaciones independentistas no se soportan.

Es un mal generalizado en Cataluña. Ni Junts soporta a ERC «por venderse al Estado opresor»; ni Junqueras a Puigdemont por no dar la cara y fugarse mientras él tuvo que conocer que era eso de cárcel; ni Puigdemont a Sánchez por apoyar la activación del 155. Nadie soporta a nadie pero todos se necesitan. Cosas de la política.

El expresident que quiere volver a serlo dejará el Parlamento Europeo para concurrir a las elecciones autónomicas de su tierra. Todo ello en plena tramitación de una ley de amnistía que se aprobará antes del verano por el Congreso y que dará vía libre a su regreso... Bueno, depende. Sólo volverá si gana, si le garantizan que será president. En este hipotético caso, anunció que dejará el «exilio definitivamente» provocando la excitación de los presentes. ¿Y si no gana? ¿Y si después de tanto ruido queda relegado, por ejemplo, a la tercera posición tras el PSC y ERC como aseguran muchas encuestas?

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En efecto, Carles Puigdemont quiere ser el niño en el bautizo, la novia en la boda, el muerto en el funeral y el president tras las elecciones. Da igual que gane, quede segundo, tercero, cuarto... o quinto como en las recientes elecciones generales del 23-J. O él o él. Un mensaje claro y rotundo a Pedro Sánchez, que depende de Junts para seguir en La Moncloa (ojo, también depende de ERC, así que el problema es mayúsculo).

Entre las perlas que dejó en Elna, quizá la más divertida tuvo tintes futbolísticos: «No es lo mismo reunirse en la Moncloa, que es como jugar en el Bernabéu con el árbitro y el VAR a favor de los locales, que hacerlo en Suiza, que es como jugar en Wembley con árbitros neutrales. Y si nos reunimos es porque queremos negociar, no dialogar». Pues eso. Que Puigdemont no se atreve a jugar en el Bernabéu... y en el Nou Camp sólo si le garantizan que va a ganar. Para perder, mejor seguir jugando en el campo del Waterloo.

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