El placer de perderse por la Bizkaia profunda en bicicleta

El puerto de Errigoiti es accesible para cualquier tipo de ciclista. Son casi 5 kilómetros con una pendiente media del 4%. Una carretera en perfecto estado y con poco tráfico, con tramos sombríos y otros expuestos al sol. Los primeros dos kilómetros sirven para ir calentando. A nuestra izquierda podremos ver el río Oka, que desemboca en el estuario de Urdaibai. El trazado se empina a partir del tercer kilómetro, donde en el asfalto, si está mojado, habrá presencia de barro debido a la cantera que veremos a ambos lados de la calzada.

Desde ese punto hasta el final de la ascensión, la pendiente se mantiene constante. Tras unos metros, dejaremos a la izquierda Bizkaigane y las primeras casas de Errigoiti. A un ritmo sostenido llegaremos arriba, un punto en el que algunos pueden optar por descender hacia Gernika. Nosotros seguiremos subiendo a mano derecha para llegar al barrio de Eleizalde, donde está ubicada la anteiglesia de Santa María de Idibalzaga, cuyos orígenes se pierden en la Edad Media. Es un lugar que ofrece una tranquilidad absoluta. El silencio reina en este enclave.

No obstante, si preferimos algo más de actividad se puede bajar al pequeño núcleo urbano organizado en calles que sigue el modelo de la villa caminera medieval. Para llegar debemos volver por donde hemos venido y en el descenso, girar a mano izquierda donde una señal indica Ayuntamiento. A pesar de tener rango histórico de villa, Errigoiti ha permanecido siempre dentro de unas dimensiones modestas. Un lugar perfecto para perderse en Bizkaia.