La cascada de las Herrerías es la joya de la corona de este recorrido. Igor Aizpuru
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Las cascadas del pueblo de Berganzo, dignas de colgar un post en Instagram

La ruta del agua (Berganzo) ·

Este recorrido permite disfrutar de un paisaje verde y de aguas cristalinas

Ikram El Aarrass

Domingo, 28 de enero 2024, 00:29

Enero es una de las mejores épocas para hacer la Ruta del Agua de Berganzo y disfrutar de sus cascadas. Desde que se habilitó el ... camino y se señalizó debidamente, este recorrido no ha hecho más que recibir visitantes atraídos por el paisaje y el agua cristalina y verdosa que tanto caracteriza la zona de este pequeño concejo alavés del municipio de Zambrana.

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No son pocos los que, tras llegar al punto más atractivo de la ruta, se detienen y se toman su tiempo para hacer vídeos y fotografías dignas de ser posteadas en redes sociales como Instagram o TikTok. Tal fue el furor que causó este espacio natural que todos los fines de semana llegaba una avalancha de vehículos dispuestos a hacer el recorrido, y que al no encontrar aparcamientos libres, dejaban el coche en cualquier sitio. El Ayuntamiento tuvo que tomar cartas en el asunto y regular la situación. Ahora, para aparcar en el pueblo hay que hacer una reserva desde la página web y pagar, durante el fin de semana, 3 euros para un turismo, 4 euros para una caravana, 20 euros para un minibus y 40 para un autobús. El precio de la reserva es para todo el día. Entre semana los costes de aparcamiento están a mitad de precio.

Una vez solucionado el problema del aparcamiento, hay que emprender el recorrido siguiendo las indicaciones de 'La ruta del agua'. En caso de despiste o duda, durante el trayecto hay una marca compuesta por una raya blanca y otra azul que nos indican que estamos yendo por el camino correcto. Si te encuentras con esa misma señalización pero en cruz, retrocede, porque por ahí no es.

En coche

  • Distancia A 37 minutos de Vitoria y a 1 hora desde Bilbao.

  • Distancia Recorrido 8 km.

Es una ruta circular, de no más de 8 kilómetros de trayecto. La dificultad de este recorrido es medio-baja, ideal para hacer en familia; apenas tiene 140 metros de desnivel aproximadamente. Unas tres horas a pie para disfrutar de un paisaje formado por la vegetación de tonos verdes apagados de los árboles centenarios que protagonizan la estampa del lugar. Los árboles son los protagonistas del primer tramo, pero el río Inglares que acompaña durante gran parte del recorrido, no tarda en hacer acto de presencia, dándole así sentido al nombre de la ruta. El sonido del agua junto a la de los animalillos que conviven en este ecosistema hacen de banda sonora para amenizar la caminata. Aunque la joya de la corona está por llegar, las estampas que dejan las pequeñas cascadas y los rápidos de agua durante la travesía del río merecen que uno se detenga y las observe.

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El avistamiento de una carretera indica que la primera parte del recorrido ha finalizado. Queda la vuelta. Tras atravesar el asfalto con cuidado, hay que encaminarse a la gran protagonista: las cascadas de las Herrerías. Se recomienda bajar hasta la altura del río para disfrutar de una mejor perspectiva de los saltos de agua. Y una fotografía junto a ellas queda espectacular, quién diría que te encuentras en un recóndito rincón alavés. Esta parada es ideal para tomar un pequeño descanso y recargar energías para el siguiente camino.

Hay que remontar la cascada por el lateral izquierdo; en este pequeño tramo nos encontramos con una cuesta algo pronunciada, que supone algo más de esfuerzo físico que lo hecho hasta ahora. Una vez arriba, hallamos de frente el antiguo canal de agua de la central hidroeléctrica. El edificio fue construido en 1897 por la Sociedad Electro Hidráulica. Aquí empieza el camino de vuelta a Berganzo. Lo bueno de esta ruta es que nos permite ver diferentes paisajes, el de ahora difiere del de la ida. Mientras al principio hay que caminar por la espesura forestal, ahora toca la parte alta del valle. Eso sí, aunque los paisajes le invitan a uno a no apartar la mirada, hay que tener cuidado con un camino que se estrecha y que deja a un lado el canal de agua y al otro el barranco. Poco a poco, con un trayecto más llevadero, se va llegando al punto de partida.

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