maika salguero

Embozados por imposición

Durante toda la pandemia, de la propagación del coronavirus han hablado ignorantes en la mayoría de los casos

Miércoles, 26 de enero 2022, 00:05

Muchos de ustedes recordarán el motín de Esquilache. En ese caso, con el fin de evitar el anonimato cuando se hacía una fechoría, se prohibió ... el ir embozados por las calles de España. En el siglo XXI, el Gobierno de España, con el aplauso de algún autonómico, obligó, sin ninguna justificación científica, a todos los ciudadanos a ir embozados. Veamos esta imposición con algo más de detalle.

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En la pandemia, desde el punto de vista de salud, se distinguen tres hitos. El combate contra el virus generando vacunas; el combate contra la enfermedad que produce el virus en el que colaboran médicos, hospitales y fármacos; y la propagación del virus analizada por los especialistas en aerosoles. Alguna vez -desgraciadamente, muy pocas-, la radio o la televisión invitan a algún experto en los dos primeros hitos. Pero ¿conocen a algún especialista en propagación? Durante toda la pandemia, de propagación han hablado, mayoritariamente, ignorantes. La ministra, asesorada por sus expertos fantasmas, algunos gobiernos autonómicos (se salva Madrid) y las televisiones y radios donde lo usual es: 'Yo opino…'. Pero ¿qué conocimientos tienen ustedes para opinar? Solo en la prensa escrita apareció alguna información seria sobre la propagación.

El estudio de la propagación, debido a la complejidad físico-matemática, solo lo pueden realizar científicos poseedores de ciertas herramientas teóricas y/o experimentales. Esos son mayoritariamente físicos, algunos químicos y algunos ingenieros. El primer artículo científico sobre propagación de virus es de 1930. Hoy hay en el mundo una élite de científicos, no muy extensa, que han publicado bastantes artículos rigurosos sobre la propagación del SARS-CoV-2. Esos científicos enviaron al comienzo de la pandemia un informe a la Organización Mundial de la Salud. La OMS, en la que parece que no hay expertos en propagación, hizo casi mofa del documento. Un año después, sin pedir perdón, lo hizo suyo y lo remitió a los gobiernos de todos los países. Una de las conclusiones del informe hacía referencia al embozamiento (mascarillas).

Se concluía que la propagación, en espacios abiertos y a distancias adecuadas (entre 50 centímetros y 1metro, dependiendo de la temperatura, velocidad del aire, etcétera), es nula. Solo existe propagación si las distancias son inferiores debido a que, en ese caso, no se hace por aerosoles. Ocurre por 'jet'. Es decir, por un chorro de gotitas microscópicas que deben contener en su interior el virus. Otro problema es en los interiores. En ese caso los aerosoles pueden dar lugar a contagios a distancias superiores a 1 metro. Por ello es necesario el uso de la mascarilla.

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Sin embargo, ¿qué observamos? Por ejemplo, en el interior de un bar todos los parroquianos se quitan la mascarilla para beber o comer un pincho. Pero, en vez de ponerla al terminar la ingestión, siguen sin ella y se la ponen al salir a la calle. Ahí está uno de los problemas. Alrededor de 30 minutos sin mascarilla, en un interior en el que los aerosoles contienen virus, son suficientes para infectarse. Por ello, en bares y restaurantes la propagación se elimina si se toman las precauciones adecuadas: ventilación y uso de mascarilla cuando no se esté bebiendo o comiendo. Por eso en las iglesias, teatros, cines... la propagación es casi imposible debido a que los asistentes no se quitan la mascarilla y, con el aforo, se elimina la propagación por 'jet'.

La pregunta es: ¿por qué el Gobierno de España y algunos autonómicos, conociendo el informe de los especialistas internacionales, han decidido embozarnos al aire libre? Solo se me ocurre que o bien son unos indocumentados o buscan tapar sus errores. Aunque hay algo de lo primero, parece claro que generando el miedo en la población evitan que se hable de los problemas que están generando con su mala gestión, ahora y para el futuro: incremento desmesurado de las deudas, bajada de la competitividad del país y, como consecuencia, pérdida de empleos dignos, déficit en sanidad y educación, ruina de muchos negocios... Es lo mismo que el alarmismo por el incremento de contagios con la nueva variante. Está demostrado que este nuevo contagio será rápido y muy alto y, una vez que se alcance el máximo, comienza a disminuir. Algo que ya está sucediendo en algunos países y parece que está empezando a ocurrir en algunas partes de España. Una cosa es pedir prudencia a la población y otra generar tal miedo que lleguemos a ver enmascarados a paseantes en el medio del monte, a navegantes solitarios ...

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¿Volveremos algún día a tener gobernantes que busquen el bien común en vez del propio? ¿Tendremos una radio y televisión que den información útil y seria?

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