Subir la apuesta

Así que igual hay que prepararse para la movilización general. Sobre todo usted, amigo lector, si por alguna extraña razón es ruso y está en edad militar. Es que Peskov insistió ayer en que no va a pasar. Fue justo después de que el Partido Comunista, uno de los principales apoyos de Putin, llevase al Parlamento las críticas que de pronto rodean al líder y le instan a dejarse de operaciones especiales y declarar una guerra en condiciones, con sus reclutamientos forzosos y su economía orientada a la victoria final. Nuestro Peskov llamó a eso «pluralismo». Yo lo traduzco: se permiten las críticas que le dejan a Putin margen para incrementar la violencia. Las críticas por invadir la vecina Ucrania y meter al país en un lío funesto son en cambio delito. Al concejal que promovió hace unos días la recogida de firmas exigiendo la dimisión de Putin ya lo están juzgando. Pueden caerle quince años. Mientras tanto, el portavoz Peskov, el viejo Dimitri, recuerda que el pueblo apoya a Putin. Ignoramos si el apoyo incluye que los jóvenes de la familia agarren un kalashnikov. Presionan por la movilización general comunistas y nacionalistas. Su razonamiento no tiene desperdicio, parece de Peskov: Rusia debe declararle la guerra a Ucrania utilizando como 'casus belli' todo lo que los demás les están haciendo desde que a ellos se les ocurrió invadir Ucrania.

La formación de los profesores de autoescuela dependía tradicionalmente de la DGT, cabe suponer que por la cosa de los coches y la conducción. Pero a partir de este año la formación de estos profesionales depende de los gobiernos autonómicos, cabe imaginar que por la cosa de la enseñanza. Eso explica que los futuros profesores de autoescuela estudien ahora un módulo de FP de dos años y se conviertan en Técnicos Superiores en Formación para la Movilidad Segura y Sostenible. También que en el País Vasco el cambio haya arrancado con la peculiaridad de que el módulo se imparte solo en euskera, sin posibilidad de estudiar en castellano. Las clases comenzaron ayer con el sector cabreado, los aspirantes poniendo quejas y veintidós aspirantes matriculados. Parece que no todos dominan el euskera. Puede que alguno tenga la esperanza de que tampoco se requiera muchísimo vocabulario para dar instrucciones dentro de un coche.

En Italia están en campaña y hay lío con un episodio de Peppa Pig en el que sale una pareja de osas lesbianas. Los de Hermanos de Italia lo quieren prohibir. Como si fuesen Hermanos de Afganistán. Qué raro. Si Boris Johnson, conservador al fin y al cabo, dijo hace no tanto en un discurso famoso que él había estado en Peppa Pig World y lo había encontrado todo ejemplar. La situación exige un posicionamiento sobre Peppa Pig, que es una cerda como recién atropellada. La política ha cambiado. Antes lo difícil de entender era la plusvalía.