afp

Millones y gambetas

Furgón de cola ·

La Superliga se vacía de clubes en unas horas por motivos eminentemente poéticos

Jueves, 22 de abril 2021, 01:02

El domingo por la noche, los doce equipos de fútbol más ricos del mundo se rebelaron contra la UEFA y anunciaron que dejaban la Champions ... para formar una Superliga privada. Ayer por la tarde, solo quedaban en ella el Real Madrid y el Barcelona: los últimos de la Superliga. En lugar de a los filipinos en Baler, Florentino y Laporta resistían en sus despachos a Infantino y a una ola de autenticidad y sentimentalismo proyectado. Sin entusiasmo ya. La rebelión liderada por el Madrid resultó frágil y chapucera. Bastó un poco de presión política, deportiva y económica, valga la triple redundancia, para que los clubes ingleses huyesen. A continuación, lo hicieron los demás.

Publicidad

La reacción de Florentino a la superdesbandada ha sido decepcionante. Yo imaginaba que tendría un plan a la altura de su leyenda. Hacerse con el control del sol, por ejemplo, y someter a la oscuridad constante a las ciudades de los equipos traidores hasta que reconsiderasen su actitud. Aunque en Manchester apagas el sol y ni se enteran. Que lo de la Superliga va a saldarse sin penalización para los insurrectos y con más ventajas para los clubes ricos, la UEFA, la FIFA, los jeques, las estrellas y los intermediarios, por supuesto, ni cotiza. Lo inesperado ha sido ver cómo los tiburones del fútbol-espectáculo detectaban que esta vez el sentimentalismo estaba de su parte y lo explotaban sin escrúpulos. Que si ganárselo en el campo, que si los equipos modestos, que si nuestros padres, que si nuestros hijos... Y Gerard Piqué, que se ha comprado el tenis, diciendo que el fútbol es de los fans. De repente, solo importa la pasión, el legado, la poesía. A punto hemos estado de que una cámara pillase casualmente a los plutócratas de la FIFA demostrando lo que de verdad mueve sus vidas: colarse en la East London Line e irse a ver al Millwall. O reunirse en el potrero para aplaudirles a los pibes las gambetas.

Que el origen y la legitimación de toda esta milonga sentimental surja en Inglaterra demuestra por último algo graciosísimo. Los ingleses nos cuelan cualquier cosa por el lado del estilo y la autenticidad. Que el Chelsea de Abramovich es un equipo de barrio, por ejemplo. O que poner a desfilar a un difunto sobre una camioneta Land Rover caqui es algo elegantísimo.

VACUNAS

El combinado

Los menores de sesenta años que han recibido una dosis de AstraZeneca siguen sin saber qué va a ser de ellos. ¿Los dejarán como están? ¿Les pondrán una segunda dosis de otra vacuna? ¿Se completará su vacunación con AstraZeneca? Puestos a adivinar, yo descartaría la primera opción. Es muy aburrida. También la tercera. Demasiado lógica. Y Sanidad ni siquiera va a permitírsela a quienes quieren llevarla a cabo de forma voluntaria. Así que solo queda la mezcla de vacunas. Es la opción de Francia y Alemania y el plagio siempre da tranquilidad. Además, todo organismo español ha estado por definición expuesto a las fiestas del pueblo y allí le han sido inoculadas mezclas asombrosas: clarete con vodka, vermú con gasolina. Sin embargo, lo de mezclar vacunas es nuevo. Ojalá sea prometedor por el lado de los efectos increíbles y la formación de algo que sin duda necesita el país: el grupo de superhéroes autóctonos.

Publicidad

PUTIN

Gran juego

Putin le mandó ayer un recado a Occidente: Rusia responderá a las provocaciones de un modo «asimétrico, rápido y severo». Lo raro fue que el presidente ruso eligiese 'El libro de la selva' para explicar la situación entre su país y Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea. A nosotros, mala suerte, nos toca ser el chacal. Lo digo porque es en 'Kim' donde Kipling explica en realidad el «gran juego» entre Occidente y Rusia. Seguro que Putin lo sabe. Más de siglo y medio después, el tapete del juego vuelve a extenderse en el mismo sitio: Crimea.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad