Con la guardia alta

Editorial ·

Los indicios de un cambio de tendencia en la pandemia en Euskadi obligan a extremar la cautela ante la llegada de la Semana Santa

el correo

Jueves, 18 de marzo 2021, 01:53

Euskadi notificó ayer más de 400 contagios de coronavirus por primera vez desde el 25 de febrero. La tasa de incidencia no solo se resiste ... a bajar, sino que ha aumentado siete puntos en la última semana. Mientras tanto, crece la tensión hospitalaria. Cuando aún no han sido superados los adversos efectos de la tercera ola, la evolución de la pandemia apunta el posible inicio de una cuarta como la que ya asoma en algunos países europeos. El ligero repunte de los positivos tras frenarse en seco su caída una vez alcanzado el pico alimenta ese temor. En este contexto, queda fuera de toda duda la oportunidad del emplazamiento del lehendakari a la responsabilidad social para evitar un nuevo rebrote del covid y su recordatorio de que la situación sigue siendo «grave», lo que obliga a mantener la guardia alta. De lo contrario será inevitable una nueva y frustrante marcha atrás.

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Después de más de un año de restricciones, la fatiga de la ciudadanía es comprensible, pero no una justificación para relajar el cumplimiento de las medidas preventivas cuando la crisis epidemiológica está lejos de ser superada. Mucho menos en unas fechas tan propicias para la movilidad y las relaciones sociales -dos de los principales focos de infección- como el puente de San José y la Semana Santa. El «compromiso individual y colectivo» que reclamó Iñigo Urkullu es esencial para avanzar. Ese mismo hartazgo de la población obliga a los poderes públicos a actuar con la pedagogía necesaria para persuadirla de seguir los pasos dictados por las autoridades sanitarias para preservar la salud. Parece evidente el fracaso en esa tarea; entre otros motivos, porque las instituciones han perdido la credibilidad imprescindible en ella con su errática gestión de la pandemia.

El Gobierno vasco cumple con su papel al apelar a la máxima cautela de la sociedad, cuyo comportamiento es decisivo para combatir el covid. Pero, ahora que Jonan Fernández insinúa un posible regreso al confinamiento municipal antes de Semana Santa si no progresa el control del virus, conviene recordar que esa restricción fue levantada hace apenas nueve días, cuando los datos ya daban síntomas de estancamiento, por lo que el mero hecho de que se plantee una rectificación tan fulminante sugiere que su aprobación fue precipitada. Y que el Ejecutivo no puede obviar su responsabilidad en que Euskadi mantenga una tasa de incidencia entre las más altas del país y siga a la cola en la vacunación.

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