El consejero de industria, Mikel Jauregi, y el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard. Rafa Gutiérrez/Europa Press

Inyección de energía

El acuerdo para elevar la potencia eléctrica en Euskadi reduce los riesgos en el desarrollo industrial vasco y da algo de aire al Gobierno de Sánchez

Miércoles, 17 de septiembre 2025, 00:01

En un momento de fuertes incertidumbres para la economía y de sobresaltos arancelarios, la industria vasca se ha prevenido con el más elemental de los ... apoyos para garantizar su funcionamiento cotidiano: más enchufes y de mayor potencia. Los acusados síntomas de debilidad del tejido productivo de Euskadi se verán paliados por la importante inyección de energía lograda en el reparto de megavatios que planifica el Gobierno central. El acuerdo suscrito ayer en Madrid entre el consejero de Industria, Mikel Jauregi, y el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, no es una garantía absoluta para el desarrollo de sus empresas, que luchan por no perder competitividad y frenar la destrucción de empleos. Pero les da la seguridad necesaria para abrir y cerrar la persiana todos los días. Estaban en juego 70.000 puestos de trabajo por una merma de potencia eléctrica que, además, amenazaba la viabilidad de más de cien proyectos empresariales y el desembarco de una veintena de nuevas compañías a Euskadi. Todo un caudal de progreso, trabajo y estabilidad para el debilitado tejido empresarial del País Vasco, que debe hacer frente a sus propios síntomas de agotamiento.

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Es lógico que el Gobierno de Imanol Pradales situara en primera línea de su agenda la recarga eléctrica y comprensible su insistencia en arrancar un compromiso en firme y con urgencia al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Ese acuerdo vio ayer la luz con la voluntad de aumentar en un 40% la potencia disponible a Euskadi. No es el 50% al que aspiraba el País Vasco, pero se trata de un chute notable para recargar las pilas a una industria necesitada de cobertura para poder desarrollarse sin agobios. En cifras, serán 5.000 megavatios de los 27.000 que liberará el Ejecutivo que lidera el PSOE en la próxima planificación de la red.

Para el Gobierno vasco, es un «paso enorme» para garantizar el arraigo industrial de Euskadi y ofrecer condiciones de estabilidad a sus empresas y las que están por llegar. Para el Ejecutivo central, se trata de culminar uno de sus compromisos pendientes con Euskadi y, a la vez, de cobrar algo de aire en la legislatura. En clave política, Sánchez consigue ir atando el respaldo del PNV en un momento crucial si quiere presentar un Presupuesto con garantías de salir adelante. Haría bien en no convertir en una subasta el reparto de megavatios con el resto de comunidades, en plena disputa de los inversores por los nudos más cotizados y mejor conectados de una red saturada.

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