Esta semana puede marcar un antes y un después para Facebook. Supervivientes de las matanzas llevadas a cabo por el Gobierno birmano contra la minoría ... musulmana rohinya han presentado sendas denuncias contra Marck Zuckerberg en juzgados de Estados Unidos e Inglaterra. Le responsabilizan de haber permitido la difusión de mensajes de odio que alentaron un exterminio que diezmó a este grupo étnico. Si hasta 2017 vivían en Birmania alrededor de un millón de rohinyas, en la actualidad quedan menos de 300.000. Quienes no fueron ejecutados tuvieron que huir a la vecina Bangladés. La campaña de odio para llevar a cabo esta limpieza étnica fue impulsada por el Ejército birmano, que creó una unidad especial para difundir bulos contra los musulmanes.
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En 2018, empleados de Facebook tuvieron que reconocer que no habían actuado para poner fin a estas injurias. Entonces, el exterminio ya estaba en marcha. Los rohinyas reclaman una indemnización de 133.000 millones de euros, pero esta ya no es una cuestión económica. Está en juego el poder medir el daño causado por la irresponsabilidad y el afán de lucro de las redes sociales.
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