Fascinante

Estaba el viernes, a media mañana, tomando mi café con hielo habitual en un bar cualquiera del extrarradio, como me gusta hacer. Oyendo las conversaciones, sin más. La familia es la hostia, dijo una. Y entonces pensé: esta me la apunto. Porque allí se habla en voz alta y se oye todo. Claro, unos se han vacunado y otros no: ese es el tema ahora. Y las navidades ya están aquí. Y la cosa se está empezando a poner tensa con los no vacunados. Yo lo aviso. Se palpa en la calle, se oye, se olfatea. No sé cómo lo verás tú, pero hay gente que pide que no se les pague el gasto sanitario a los negacionistas que tengan que acudir a la UCI. Que ya son unos cuantos, por cierto. ¿Has oído lo que ha dicho el ministro de Salud alemán? Ha dicho que desde aquí hasta el final del invierno solo va a haber tres opciones. Una: has pasado ya la covid y estás curado. Dos: no la has pasado y te has vacunado. Y tres: estás muerto. No hay cuarta. O sea, que si no te vacunas, el virus te va a pillar seguro, según él.

Quizá sea un chiste y no entendamos el humor alemán, pero cuando lo decía no parecía estar de broma. Y lo que te voy a contar ahora tampoco es broma, créeme: hay una funeraria romana que ha puesto carteles gigantes en las carreteras dirigidos a los no vacunados. Anuncian hacerse cargo de los servicios fúnebres por solo 1.600 euros más IVA. Una oferta especial. Aunque sí puede que haya un poco de humor negro en este caso, no lo descartaría.

Pero mira, si algo presagia que va a haber un recrudecimiento es el hecho de que el viernes pasado, las acciones de IAG (el grupo de las aerolíneas) bajaron más de un 15%. Si estabas pensando en viajar, vuélvetelo a pensar. Yo ahora estoy intentando bajarme el pasaporte covid porque me temo que en breve va a ser necesario. Pero no hay manera. Decían que se podía hacer por internet, pero no lo consigo. Al final, llamo por teléfono y me salen grabaciones dirigiéndome a otro sitio. Llamo al otro sitio y el robot me remite a la página web del principio. O esto mejora un poco, o nos vamos a volver todos majaras. No es que a mi edad me queden ya grandes esperanzas, pero siento mucha curiosidad por el tipo de mundo de gente sola gobernada por robots telefónicos que estamos creando. Parece fascinante, ¿no?