josé ibarrola

¿Estudias o trabajas?

Nuestros jóvenes llevan dos años perdidos en el desconocimiento

Jueves, 11 de febrero 2021, 23:47

La tela de araña que supone la búsqueda de datos en la web hace que a veces pierda mi destino y aparezca donde jamás se ... me habría ocurrido acudir. Es el síndrome del viajero curioso; el que se dirige pongamos a París y acaba en Varsovia, pero en versión informativa. El detonante de mi descubrimiento fue la búsqueda de una cátedra de Filosofía de una determinada universidad. Cuando entré en el portal, vi una reseña sobre una tesis cuyo título me atrajo, y de ahí, por esos caminos insondables del señor e infinitos de Internet acabé en un libro escrito en 1776 por un inglés llamado Adam Smith y titulado 'La riqueza de las naciones'.

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El célebre hombre enseñó en la Universidad de Glasgow Lógica y Filosofía Moral en la época del Imperio británico y los mosqueteros. Su tratado es todavía un material de consulta porque lo cierto es que, si exceptuamos algunas apreciaciones que han cambiado desde entonces, el sustrato está plenamente vigente. Me vino a la cabeza aquella pregunta, casi la primera que se hacía en tiempos de maricastaña a los muchachos en el baile: ¿estudias o trabajas? Este hombre advirtió que, antes de que llegara la revolución industrial, cualquier mozo de cuadra era capaz de leer y escribir o conocía la escuela, pero que cuando empezaron las fábricas, los niños o jóvenes, con la autorización de sus padres, iban a trabajar por medio chelín al día y abandonaban la escuela.

«Una gran pérdida se produce cuando se pone a los muy jóvenes a trabajar (…), se mantienen con el trabajo de media semana y, por falta de educación, no tienen otra diversión que el alboroto y la disipación durante la otra media. Podría decirse, con toda justicia, que quienes visten al mundo entero van envueltos en harapos». Está claro que Adam Smith, con ese nombre de personaje de serie que miente al presentarse en un motel, no daba puntada sin hilo, y después de dejarme con un par de estocadas en el cerebro me dio por pensar en nuestros jóvenes, la 'riqueza de naciones', que llevan dos años perdidos en el desconocimiento y con ganas de alboroto. Y pensando en ellos, y en ese youtuber que dijo que él no debía casi nada a este país porque sólo había gastado recursos en Primaria y que se las pira a Andorra porque no quiere sostener los chiringuitos de los políticos. A mí se me heló la sangre, por ambas razones, y además porque el youtuber millonario no encontraba una razón para plantearse seguir cotizando en España. Adam Smith es un buen nombre para una novela de suspense. Todos los lectores creerán que es inventado, porque ¿quién se pierde en pensar en la riqueza de las naciones?

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