Los tecnomillonarios van al cielo. El vuelo de Jeff Bezos fue una de las grandes noticias de ayer. Richard Branson se le adelantó diez días, ... pero la distinción entre primero y segundo resulta en este caso bastante pueril y hasta discutible. Si la cuestión radica en un 'subí antes que tú', entonces Branson lo ha logrado. Si se trata de haber hecho el primer viaje comercial, puede haber dudas, pues el de Virgin Galactic fue una prueba en la que Branson participó como «evaluador de la experiencia del cliente». Deseamos que la haya evaluado bien. Hay otras cosas que no parece evaluar. «Si nosotros hemos hecho esto, imaginad lo que podréis hacer vosotros», dijo en su famoso tuit dirigido a la «nueva generación de soñadores». Alguien le recordó que hay niños muriendo de hambre en la Tierra. Los niños que pasan hambre tienen otros sueños (sueñan con comer).
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En el marco de la empresa privada, Bezos ha sido el primero en superar la barrera de los 100 kilómetros de altura. Se ha llevado con él a la veterana Wally Funk, quien se ha pasado la vida esperando una oportunidad como esta después de que el profundo machismo de la América de los 60 acabara con el programa Lovelace, el cual combinaba investigación y entrenamiento sobre la hipótesis de que las mujeres tienen ventajas biológicas y psíquicas como potenciales astronautas. Aunque ya había otros obstáculos interpuestos artificialmente entre ellas y el espacio, el programa se cerró a pesar de (o tal vez porque) se iba corroborando la hipótesis. Bezos ha puesto así un hito histórico dentro de otro hito. Completaban la tripulación su hermano Mark y el joven Oliver Daemen, turista espacial, el primero de una compañía privada.
El turismo más allá de la atmósfera lo inauguró la agencia espacial rusa hace 20 años, cuando el estadounidense Dennis Tito pagó 20 millones de dólares por un viaje a la estación orbital, la ISS. Lo que sucede ahora es que ha comenzado la carrera espacial privada o algo parecido. Elon Musk tiene planes muy ambiciosos que llegan hasta la órbita terrestre y más allá, pero no va a renunciar a financiarlos con la naciente industria del turismo más caro del mundo. Bezos tiene objetivos más modestos, pero aspira a abaratar los medios de llegar ahí fuera. Y Virgin Galactic está más cerca de la tierra, así que tal vez la española EOS-X Space pueda competir en su terreno (o un poco más abajo). EOS-X Space no subirá a sus turistas tan arriba, pero les dará un largo paseo, y no requerirá una preparación física especial, porque la cápsula presurizada será suavemente propulsada por un globo. ¿Al espacio en globo? Pues sí. Al espacio o casi: a ver la Tierra desde 40 kilómetros de distancia y, alrededor, el negro espacio, lovecraftiano o divino, eso a gusto del consumidor.
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