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Las cosas de comer

A Garzón le preocupa más el futuro del planeta que el presente de su país

Domingo, 11 de julio 2021, 23:26

A Alberto Garzón le preocupa el futuro del planeta más que el presente de su país y, por esa razón, se ha puesto a recomendarnos ... a los españoles la reducción del consumo de carne, en un momento en el que todos luchamos por recuperar la vida que teníamos antes de marzo de 2020: los ganaderos por seguir vendiendo chuletas y los demás por poder seguir comprándolas. Pero eso a un hombre de izquierdas como Garzón le da igual. Los hombres de izquierdas piensan solo en las generaciones de los siglos venideros. Las del siglo actual les importan menos y por eso las entrampan engordando la deuda pública. Dicen que Sánchez ha humillado a Garzón hablando de ese chuletón al punto que para él es imbatible. Pero a quien ha humillado es a los ciudadanos que hoy no se pueden comer ni al punto, ni poco ni muy hecho, ese chuletón de vaca madurada de 40 días que a él le sirven en La Moncloa. Se ha dicho también que esa apología de la chuleta presidencial era hipócrita porque la reducción del consumo de carne es uno de los puntos estrella de la agenda que él mismo ha presentado para la España de 2050, de lo cual se deduce que a esta gente le ha dado por jugar con las cosas de comer en el momento en el que se alargan las colas ante los comedores de Cáritas. Cuando no son los toros, son las vacas las que les traen por la calle de la amargura.

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He visto varias veces el vídeo en que el ministro de Consumo habla con un aura de beatitud franciscana de las reses sacrificadas, de las flatulencias de las terneras y las heces de los cerdos. Lo que más me llama la atención es su cara de satisfacción, la paz que transmite, la buena conciencia, ese tonillo de predicador postconciliar de finales de los años 60 para meternos su rollete de un comunismo estratosférico que no quiere acordarse de Chernóbil y que, en su santa cruzada contra las tentaciones de la carne, coincide con los mejores de cada casa: con Bill Gates, Greta Thunberg y toda la cúpula del Tercer Reich, a la que Rudolf Hess convirtió al veganismo. O sea, con un magnate que no sabe cómo divertirse, con la Madre de Dragones del 'Juego de Tronos' y con los históricos carniceros de Europa.

No. Lo que presenta síntomas de agotamiento no es el régimen del 78 sino el sanchismo y sus socios, que se empeñan en verlo estrecho cuando les viene demasiado ancho y no se les ocurre otra cosa que enmendarlo con una Ley de 'Inseguridad Nacional' que es puro chavismo. La que está agotada es una izquierda que huye del presente porque no sabe entenderlo y que, cuando no está anclada en «la memoria histórica», se evade al futurismo intergaláctico, pero llevando en ese viaje la mochila del dogma y del intervencionismo.

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