Sr García

Se acabó la Navidad y sigo vivo. Algo es algo. Dicen que el virus se está debilitando, pero he leído en internet que, en abril, ... nos va a invadir una plaga de camaleones. De una variedad muy agresiva. ¿Será verdad? No creo, hay muchos bulos. De todas formas, no te fíes. Es un año extraño. Podría pasar cualquier cosa. Hasta podría pasar algo bueno. Pero no. De eso nada. Nadie cree que vaya a venir nada bueno. A nivel colectivo, quiero decir. Porque, es curioso, a nivel personal, todos creemos que nos va a ir más o menos bien. Es el sesgo optimista, todos lo tenemos: es un mecanismo de defensa. Pero a nivel colectivo somos pesimistas. Puede que me equivoque, claro. Me encantaría. Pero, si no me equivoco, a nivel colectivo, lo vemos todo cada vez más negro. Me refiero al futuro. Y puede que sea porque, de hecho, es negro. En cuyo caso habría que pintarlo, digo yo. Pero ¿cómo? Siempre hemos creído que el mundo mejoraba. Pero a lo mejor (o a lo peor) eso ya ha dejado de ser así. A lo peor, a partir de ahora, ya solo empeora, no sé si me explico. Todo se está complicando mucho.

Publicidad

La vida de las nuevas generaciones empieza mal: con fobias y depresiones muy tempranas. Cada vez más dificultades, más requisitos para todo, más números de identificación, más trámites, más control para cualquier pequeña cosa cotidiana. Ya no se escriben utopías sino distopías. Y hasta hacemos comedia con ellas. Es la clase de alimañas que somos: capaces de mofarnos de nuestro propio espanto. Y está bien que sea así, supongo. Quiero suponer. A veces es difícil, pero siempre hay que reír. Aunque solo sea por no llorar. Qué días estos días, qué semanas, qué meses, qué años estos años.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad