El canto de un misil

Estos hombres estaban el martes con sus tractores y sus cosas en el municipio polaco de Przewodow, a seis kilómetros de la frontera ucraniana, y les cayeron encima dos misiles. El típico accidente de trabajo. Parece que los misiles no eran rusos. Si llegan a serlo, puede que a estas horas pudiésemos escribir de corrido 'Przewodow'. Como podemos escribir 'Gavrilo Princip' o 'Westerplatte'. Por las malas. Se lo saben ya hasta los niños: cualquier ataque armado contra un país de la OTAN será considerado como un ataque contra toda la Alianza. El Artículo 5 del Tratado. Esta vez, el rápido posicionamiento de Estados Unidos ha evitado incluso recurrir al Artículo 4, las consultas previas. Así que el martes el miedo se quedó en 'memes' de internet y ayer el secretario general de la OTAN se mostró altamente convencido de que los misiles eran ucranianos. Aunque la responsabilidad sea rusa, ya que los proyectiles respondían a la mayor oleada lanzada por el Kremlin en lo que va de guerra. Aprovecharon que el G-20 estaba reunido en Bali. Y que Lavrov ya se había ido.

Solo Zelenski insiste en que los misiles caídos sobre Polonia eran rusos. Lo hace con una seguridad absoluta y llamativa, como si se hubiese hartado de que quienes mueren por la libertad entre aplausos occidentales sean exclusivamente ucranianos. Los vecinos de Przewodow le decían ayer a la prensa que oyeron un estruendo repentino. Como suele pasar, muchos pensaron que había estallado un neumático. Es que lo increíble es lo otro. Estás en casa viendo la tele y te estalla afuera una guerra mundial.

Donald Trump se presentó a las elecciones de 2016 con un lema famoso que tampoco era suyo: 'Make America Great Again'. MAGA. Hacer América grande de nuevo. Todo un desafío. Le llevó año y medio. «Ya he hecho América grande de nuevo», tuiteó Trump en julio de 2018. Dos años después, lo explicó en el discurso sobre el Estado de la Unión: América fue «la república más excepcional de la historia de la humanidad» y él estaba consiguiendo hacer con ella algo todavía «más grande». Pues aquí llega el problema. Si tú ya has conseguido que América esté en términos de grandeza por encima de lo excepcional a nivel histórico, ¿qué más puedes hacer? Trump lo aclaró ayer al anunciar que se presenta a la carrera presidencial. Sí, otra vez. Ahora para, atención, «Hacer América grande y gloriosa de nuevo». MAGAGA, o sea, las siglas en inglés. Hay bromas con eso. Los bebés estadounidenses balbucean al parecer justo así.

La organización del Mundial rechaza los rumores «poco sorprendentes» de que las aficiones que saltan frente a las cámaras sean falsas. Cuánto malpensado. Fijándome en la hinchada española, y exceptuando cierto desajuste étnico, solo chirría que parezcan estar sobrios. Recuerdan en Qatar que pueden tenerse «múltiples conexiones emocionales con múltiples naciones». Claro que sí. Y el mérito no lo tiene el catarí que va con Francia, sino el que va con Costa Rica porque le ha tocado y porque es desde entonces tico su corazón caribeño.