Txema Rodríguez

Ejemplares

Tan poco acostumbrados estamos, que presenciar una dimisión nos deslumbra y ciega, pasando lo normal a acontecimiento extraordinario

Todo el futuro por delante. Diputada juvenil, heroína de las redes y del tiktok y el tacataca político, Noelia Núñez presentó la dimisión de todos ... sus cargos. Había inflado su currículum, más por ínfulas que por necesidad. Por presentarse no solo como una esterella del videoclip sino como admirable estudiante. La goma no dio para más. Un error, dijo emocionada en su dimisión. Y una ola de fervor se despertó entre sus compañeros de partido que alababan su ejemplaridad. Lo rápido de su dimisión. De modo que la joven Noelia emprendió la subida a los altares al tiempo que salía, quizá momentáneamente, por la puerta de atrás del escenario político.

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De modo que el hecho de haber mentido en el currículum del Congreso de los Diputados quedaba convertido en anécdota, una contingencia que escapaba al control de Noelia Núñez, como la lluvia o el terremoto de Kamchatka. Fenómenos atmosféricos, columpio de capas tectónicas. El que pueda hacer que haga. Y ella hizo lo que pudo. De entrada, mentir y luego, sólo cuando fue pillada en el embuste, camuflar la mentira con un supuesto error y asumir las consecuencias. Tan poco acostumbrados estamos, que presenciar una dimisión nos deslumbra y ciega, pasando lo normal a acontecimiento extraordinario.

Y aquí llega la segunda parte del cuento, cuando al comisionado del Gobierno para la dana se le descubre una falsificación en su título académico. Presuntamente. Porque el afectado, José María Ángel, ha emitido una carta en la que niega la impostura y se abona a la cacería mediática, al acoso de los pseudomedios. Ya saben. El fango y su máquina. No lo tiene complicado el señor Ángel. Con presentar su título, el cual, además, parece alterado por una especie de viaje en el tiempo, todo quedará resuelto. Pero no. Ha preferido el género epistolar, tan amado por su patrón Sánchez, para achacar al bulo su traspiés. Y ha dimitido. Otro suceso. Ya menos extraordinario que el de Noelia Núñez porque corresponde a un juego de simetrías.

No podía, con fecha tan cercana, dar al PP ventaja en la partida de las dimisiones. Un «y tú más» a la inversa, o a la baja, como se quiera ver, pero un juego de contrapesos. O más bien de pesos y medidas electoralistas. Dimisión inmediata. Otro santo para los altares que, según anuncian las trompetas del apocalipsis curricular, puede estar acompañado por su señora esposa, presumible y presuntamente afectada por algún otro trastorno en su historial estudiantil. La cosa de la familia Ángel es antigua, pero los sueldos derivados del presunto amaño tan recientes como el día de hoy. Y esta es la ejemplaridad que tenemos, la de pillos pillados.

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