Alcoholímetro antiarranque: el revolucionario invento de la DGT con el que pretende evitar miles de muertes en carretera

La nueva Ley de Tráfico de la DGT, que está a un paso de ser aprobada definitivamente, trae consigo un revolucionario invento. Un dispositivo que cuesta 1.000 euros y con el que se pretende evitar miles de muertes en carretera. El aparato en cuestión responde al nombre de 'alcoholímetro antiarranque' y su función consiste en bloquear la marcha de los vehículos cuyos conductores den positivo en alcohol. ¿Cómo funciona? Autobuses y camiones están obligados a incluir este alcoholímetro desde el próximo mes de julio y para que el automóvil arranque deberá detectar un resultado negativo.

Así lo indica la nueva Ley de Tráfico: «A partir del 6 de julio de 2022 los vehículos de categoría M2, M3, N2 y N3 que dispongan de interface normalizado para la instalación de alcoholímetros antiarranque destinados al transporte de viajeros y de mercancías deberán disponer de alcoholímetros antiarranque. Los conductores de estos vehículos estarán obligados a utilizar estos dispositivos de control del vehículo».

Otra de las novedades del nuevo sistema es la repetición de la prueba en cada descanso del conductor superior a los 30 minutos. Cada vez que se haga una parada larga y superior a la media hora, el conductor deberá volver a soplar para comprobar el nivel de alcohol presente en el organismo. El vehículo no arrancará en caso de que se supere el límite permitido (0,5 g/l en sangre y 0,25 mg/l en aire aspirado para los conductores habituales y 0,3 g/l y 0,15 mg/l para los profesionales y noveles, si bien por el momento esta medida solo afectará a los conductores profesionales).

Conducir bajo los efectos del alcohol es la segunda causa más habitual de siniestro en nuestro país, solo por detrás de las distracciones al volante. Y aunque la DGT quiere ampliar esta nueva norma a todo el colectivo de momento solo será obligatoria para los conductores profesionales. Es decir, los de transporte de pasajeros de más de ocho plazas y los de transporte de mercancías que superen las 3,5 toneladas.

¿Cuál puede ser el problema? ¿O, al menos, un inconveniente severo? El precio del dispositivo, que actualmente ronda los 1.000 euros. Eso sí, todos los vehículos de estas características fabricados con posterioridad al 6 de julio deberán llevar ya incluido este revolucionario sistema de la DGT con el que pretende evitar miles de muertes en carretera.

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