En busca del denominado voto 'útil'

Cada voto puede ser decisivo en el recuento final y, los partidos, conscientes de ello, multiplican su presencia a pie de calle, buscando el contacto directo con los ciudadanos. Y entre ellos el de los mirandeses, testigos ayer de la visita a la ciudad, al mismo tiempo, de los primeros espadas regionales de los principales partidos políticos, para pedir el apoyo expreso de sus votantes tradicionales, pero también de los de otras formaciones, con los que sumar una mayoría suficiente para garantizar la gobernabilidad del país los próximos 4 años

El primero en recorrer la ciudad, concretamente la zona del mercadillo, fue el secretario del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, que pidió a los mirandeses que «voten en defensa propia para proteger nuestros salarios, nuestras pensiones, nuestros derechos y la igualdad». Así como que tengan muy presente que el gobierno de Pedro Sánchez «ha sido útil» para esta ciudad. Y no sólo por soluciones como la obra de la depuradora, el paso a nivel de El Crucero o la descentralización de Renfe que ha traído el centro de competencias digitales; también porque «los salarios han crecido como nunca antes en la historia de la democracia, los pensionistas están cobrando unos 300 euros más al mes que hace 5 años, se ha puesto en marcha el Ingreso Mínimo Vital...».

De ahí que, asegurara Tudanca, que «si hacemos balance, a los socialistas nos sobran los motivos para que los mirandeses vuelvan a confiar en nosotros». A los que lo hicieron hace dos meses y a los que votaron a otras fuerzas, porque «nunca antes habían estado en riesgo derechos y libertades como ahora, nunca nos habíamos jugado avanzar o retroceder décadas en el sistema social, político y de derecho del país». Y ahí, ha dejado claro que «el principal problema de este país no es Vox, es un PP radicalizado, que está dispuesto a vender nuestros derechos y nuestras libertades para llegar al poder».

Un mensaje radicalmente distinto al que minutos después y en el mismo escenario lanzó el vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, que mostró su rechazo a lo que considera «imposiciones de las élites de Bruselas», asumidas por PSOE y PP, para imponer el pago en las autovías, la prohibición de entrar en muchas ciudades coches de combustión o el precio de la energía. «Con la agenda 2023 quieren imponer el decrecimiento económico a los españoles y a los residentes en esta provincia». Además, ha dejado claro el compromiso de su partido de reabrir las centrales nucleares, energía sobre la que en otoño han organizado un congreso en Burgos.

Por otro lado, frente a la llamada del PP al voto útil hacia esa formación, García Gallardo apuntó que las encuestas en ningún caso dan a los populares el tercer diputado en la provincia, pero que sí hay uno que báscula entre el PSOE y Vox y que de que caiga en su formación depende el que «se pueda sacar a Sánchez de la Moncloa y desterrar las políticas de izquierdas».

Mensaje distinto al que poco después lanzó su socio en el gobierno de la región, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, que llamó a llenar las urnas con las papeletas del Partido Popular, para «pasar la nefasta página del sanchismo y empezar con el cambio que quiere Feijóo para reconstruir España en el ámbito económico, social e institucional. Os pido una gran victoria, de las que hemos conseguido en otros tiempos», incidió; porque «votar a otras opciones distintas al PP, que no pueden alcanzar representación en este territorio, es dejar su voto en saco roto. Todo lo que no sea votar al Partido Popular en Burgos es dar opciones a Sánchez y abrir una nueva posibilidad de gobierno Frankenstein en España, favorecer el enfrentamiento y la división».

Al mismo tiempo, pidió dejar de lado el triunfalismo vinculado a los resultados que auguran las encuestas, porque «no llenan las urnas de votos. No tenemos que confiarnos. Es el momento de ganar con rotundidad, contando con todo el mundo, la gente de la derecha, del centro y de la izquierda». Toca, aseguró Mañueco, demostrar que «estamos hartos de las chapuzas de Sánchez» y sus «cesiones» a Otegi y Rufián, que «no van a frenar sus demandas. «Tenemos que elegir entre la confianza y solvencia de Feijóo y la desconfianza e inseguridad de Sánchez».

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