Nace el laboratorio para emprendedores
La Cámara abre su Vivero de Empresas con el reto de remontar y la apuesta por consolidarse como la referencia para el lanzamiento de negocios innovadores
salvador arroyo
Viernes, 19 de septiembre 2014, 00:48
El sueño de un centenario llegó a vivirse como una pesadilla. La quiebra de la empresa constructora (con media docena de subcontratas afectadas por impagos), los desajustes y carencias detectados a posteriori, el corte de líneas de ingresos, y una indefinición legal con impacto en la contabilidad interna que llevó a la drástica reducción de personal y a una oferta de servicios residual. La Cámara de Comercio de Miranda ha quemado la peor etapa de su historia. Y hoy la perspectiva de remontar, al menos, se intuye quiere recuperar lo antes posible a todos los técnicos que despidió. Un símbolo de ese principio del cambio llega con una infraestructura que mete de lleno a Miranda en el grupo de ciudades que apuestan por el emprendimiento. Con 10 meses de retraso sobre la fecha de inauguración prevista, el Vivero de Empresas del polígono de Bayas es ya una realidad.
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Aunque con problemas hasta el último momento la línea telefónica fue activada el miércoles y los equipos informáticos, pagados y almacenados desde hace un año, aún no se han instalado, el laboratorio para jóvenes emprendedores pone ya a disposición seis pabellones de entre 150 y 200 metros cuadrados y seis despachos para nuevos negocios, además de salas de reuniones y aulas de formación.
«Favorecer el nacimiento, arranque y consolidación de nuevas empresas; la generación de empleo; y la instalación de negocios de carácter innovador» son algunos de los objetivos con los que nace la nueva infraestructura, sobre una superficie de 5.160 metros cuadrados cedida por el Ayuntamiento. Sus retos son también afianzarse como un medio «idóneo» por precio y servicios «que permita a las iniciativas empresariales desarrollar su Plan de Empresa para que, con un tiempo de estancia limitado (en torno a dos años), estén en situación de competir y actuar en condiciones de mercado». Y, a más largo plazo, el Vivero quiere ser una de las referencias que hagan posible «dinamizar» el entorno en el que se ubica.
250 euros al mes tendrán que desembolsar quienes quieran utilizar uno de sus despachos como centro de su nueva empresa; 350 euros pide la Cámara de Comercio por instalarse en las naves más pequeñas (140 metros cuadrados) y 400 por ocupar cada una de las de mayor tamaño (200 metros). Espacios, estos últimos, preparados también para habilitar en su interior un espacio de oficina. En este canon de cesión de uso no está incluido ni el IVA (21%) ni la retención correspondiente (21%), tal y como se especifica en la web de la entidad cameral.
«El objetivo es conseguir cubrir los gastos que se nos generan», explicó Fernando Escobillas, presidente. Con un 80% de ocupación, se salvarían los 3.000 euros mensuales en costes que se derivan del funcionamiento del edificio y la prestación de todos los servicios comunes. A título particular, cada inquilino tendría que abonar los gastos de mantenimiento, así como sus consumos de luz y teléfono. La privacidad está también garantizada mediante un sistema de acceso por huella digital.
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«Ubicación ideal»
Al menos ocho personas han visitado las instalaciones en los últimos días. Ayer, en la primera jornada de puertas abiertas, lo hizo la arquitecta Helena Samaniego. «Considero que está en una ubicación ideal porque se encuentra cerca de la salida hacia Vitoria y hacia otros destinos y con todo este parque empresarial alrededor». El precio le pareció «asequible» y enumeró como características destacadas del inmueble solo era su primera impresión, el hecho de ser «nuevo, luminoso y que esté bien preparado». Aunque los despachos tienen un mobiliario básico, Samaniego, autora del cartel de las últimas fiestas patronales, lo considera suficiente para poner en marcha, junto con una amiga, la empresa que tienen en mente, orientada hacia el diseño gráfico y el marketing.
El coste total de la obra ha ascendido a un millón de euros y se enmarcó dentro de las líneas del Plan de Reindustrialización 2010 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que se focalizaron en la zona de influencia de la Central Nuclear de Santa María de Garoña. La edificación, en estructura metálica, se sirve de energías renovables fotovoltaicas y placas solares, así como de la convencional energía eléctrica.
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El considerable retraso con el que abre sus puertas mantiene hoy al Vivero en una situación expectante:las casi treinta solicitudes que se llegaron a acumular, se han disipado. La demora ha agotado el interés. No obstante se espera que ya la próxima semana uno de los proyectos inicie el procedimiento para ocupar un despacho y una de las naves.
Si la demanda supera a la oferta como es previsible que pueda suceder a medio plazo, la Cámara habilitará un mecanismo de selección de proyectos del que quiere mantenerse al margen. Una empresa independiente, «ajena a la entidad», se encargaría de puntuar las iniciativas en base al carácter innovador, proyección y solvencia, entre otros factores. Una criba que, de entrada, no sería inflexible, como tampoco el tiempo de cesión de espacios. «Son dos años pero podrían ser dos y medio. Eso ya lo veríamos».
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La jornada de puertas abiertas se considera una iniciativa «clave» para captar el interés «porque (los emprendedores) pueden ver los espacios disponibles in situ, no sobre plano». En principio no existe un plazo cerrado para formalizar la solicitud aunque «lo prudente sería hablar de un mes o algo más para presentar toda la documentación, que es muy sencillita», apostilló Escobillas.
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