Cientos de personas asistieron a la primera Feria Gastronómica de la ciudad. Por la mañana la afluencia fue masiva.

La Estación, epicentro gastronómico

Miranda estrena con éxito una feria de alimentación, con cata de vino, llamada a perpetuarse

salvador arroyo

Sábado, 13 de septiembre 2014, 02:02

Surgió casi como un experimento. Era necesario encontrar una fórmula milagrosa que otorgara empaque a la programación de actos del día de la Patrona. El movimiento de fechas del desfile-concurso de carrozas dejaba un importante vacío. Y no se arriesgo más de lo estrictamente necesario. La gastronomía es un valor en alza. Y Miranda estrenó la primera edición de un feria que si nada se tuerce está llamada a perpetuarse. La apuesta gustó. Miles de mirandeses la recorrieron durante toda la jornada; la práctica totalidad de los productores locales obtuvieron buenos resultados en caja y lo mismo sucedió con muchos de los que se desplazaron desde otras poblaciones del entorno.

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La Estación bulló con los 21 expositores. Un recorrido por la huerta y la producción tradicional ajena a los aditivos que abrió el apetito. Y una idea, la de la cata de vinos, que planteada como complemento, se reveló exitosa. Apenas si pudo mantenerse toda la mañana. Por 5 euros, se entregaba una copa de cristal con el distintivo vivir Miranda (en un elegante saquito marcado de igual modo) y cuatro vales para probar el vino de las bodegas Término de Miranda, Hacienda El Ternero, González Puras y Zaraiz, presentes en la feria. La sidra de Condado de Treviño y la cerveza artesanal riojana de Palax y Ceriux, quedaron fuera de esta promoción, aunque también tuvieron su público.

«La idea nos ha gustado. Están muy bien repartidos los sitios y se ve muy buen ambiente. Tiene buenas perspectivas». Estíbaliz, de Zaraiz, vio la cita como una oportunidad para dar a conocer un negocio que apenas lleva funcionando un año en la calle Sorribas. De la misma opinión era el propietario de Panadería Fede. «No nos conoce demasiado la gente y poder vender y repartir información de donde estamos nos viene de maravilla». Fede lleva ocho años haciendo pan. A eso de las doce del mediodía ya tenía la sensación de no haber traído suficiente. «Veo que no, es muy difícil acertar», reconoció. Al mediodía ya no tenía existencias.

La degustación de morcillas de la empresa Aurora tampoco se quedó atrás. La gente se agolpó para probar sus pinchos con tomate y alegría. Y lo mismo sucedió con los postres caseros y las tartas artesanas de Olga. A las 15.30 horas apenas si le quedaba una pequeña oferta para vender a los clientes más rezagados. Muchas barcas de madera de Comarca de Miranda se apilaban a esa hora, completamente vacías. El kilo de tomate autóctono a 3 euros (15 por la caja completa) seduce.

El Grupo Gourmet Delincex (Aranda) utilizó como gancho su jamón y un cortador que tuvo trabajo (125 euros la pieza del guijuelo). Y entre las exquisiteces para todos los bolsillos, La Llueza, de Espinosa de los Monteros, dio a conocer su producción: preparados de patos cebados con maíz. De todo y para todos los gustos.

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