El Ayuntamiento retoma la peatonalización de Comuneros en un plan de acción a 2016

Plan de Movilidad Sostenible. Es la denominación que se ha dado a la nueva hoja de ruta que seguirá el Ayuntamiento desde ahora y hasta el primer trimestre de 2016. Incorpora un total de 28 medidas de aplicación escalonada vinculadas al urbanismo, al tráfico o a la mejora de las condiciones en el día a día de las personas con movilidad reducida. El informe, elaborado como respaldo a una solicitud de cobertura económica (dirigida al Gobierno central) que permita paliar el déficit del servicio de autobús urbano en Miranda, retoma la peatonalización de la calle Comuneros de Castilla y, por tanto, la idea de enlazar los dos parques del centro de la ciudad con vías de preferencia para los peatones.

El informe hace referencia al proyecto como parte de las iniciativas de política urbanística, que abogan también por priorizar en el diseño de las nuevas zonas de la ciudad, aspectos que favorezcan el uso del transporte colectivo. Que se llegue a ejecutar o no depende de un factor que, en sí mismo, condiciona el conjunto del plan: rebasa el tiempo de vigencia de la actual legislatura lo que, en principio, deja a voluntad de un nuevo equipo de gobierno la posibilidad de hacerlo realidad.

Sobre el papel, en cualquier caso, el consenso político que existe en torno al Plan de Acción de la Agenda Local 21 la iniciativa actual tendría su origen en ese documento marco no debería de alterar sustancialmente lo planificado. La intervención en Comuneros de Castilla se dejaría para «el periodo 2015/2016. Todavía no está valorada económicamente, porque todavía no hay proyecto», explica Fernando Campo.

Otras de las ideas sí tendrían una ejecución más rápida. Y, en este sentido, «lo bueno» de este plan de movilidad es que «una parte importante de las medidas las va a tener que asumir la concesionaria del transporte público urbano». El estudio, de hecho, se ha incorporado a la petición de subvenciones al Ministerio de Fomento para que se minore el impacto en las cuentas públicas del coste del urbano.

El pasado año el primero en el que se recurrió a esta línea de apoyo se ingresaron en torno a 34.000 euros. De cara al ejercicio actual, el Ayuntamiento esperaría obtener la misma cantidad. Hoy el servicio genera unos números rojos que el Ayuntamiento compensa con una aportación de 268.000 euros, a la que se añade la subvención que otorga el departamento de Servicios Sociales a determinados bonos de transporte.

El contrato con la empresa Ángel Herrera está a punto de expirar y con él llegará el pliego de condiciones que regulará la nueva concesión. Y es ahí donde se tendrán en cuenta una serie de variables algunas, totalmente nuevas cuyo cumplimiento otorgará mejor puntuación a las candidatas.

Pantallas informativas

El plan refleja, específicamente, la creación de nodos de transporte público o, lo que es lo mismo, adaptar algunas de las paradas de manera que sean intercambiadoras con el servicio de taxis o líneas de autobuses externas. Se aboga también por la instalación de sistemas de pantallas informativas que aporten a los usuarios el tiempo de espera real en las paradas. Y también la utilización de combustibles con menos impacto medioambiental recientemente se hizo referencia al autogas. «Se destacarán y potenciarán las áreas destinadas para la espera y parada de autobús urbano, para que sean más confortables» y se estudiará también la influencia del nuevo vial de acceso a Ircio «en los flujos de movilidad para determinar la viabilidad de una línea circular de autobús». A todas estas acciones se incorpora otro requerimiento: la potenciación del sistema de bonobús.Se pone como ejemplo la implantación de bonos de transporte en empresas.

En lo que se refiere a las actuaciones ligadas al tráfico, el documento se refiere a algunas ya conocidas, como la implantación del máximo de 30 kilómetros por hora de velocidad en todo el trazado de las calles Ramón y Cajal y Arenal. También de una red de regulación semafórica que dé preferencia al transporte urbano colectivo para reducir, de este modo, sus tiempos de recorrido. A ello se sumarán, según el plan, restricciones al estacionamiento del vehículo privado en el centro urbano y una revisión de la zona azul «con ánimo de reducir la disponibilidad de aparcamiento libre en áreas de mayor dispersión o en las que se simultanee un alto grado de concesión de vados».