El Ejecutivo estudiará paralizar el complejo San Millán tras constatar el rechazo de la oposición

El complejo de salud San Millán, tal y como está planteado actualmente, está aún en el aire. Es la principal conclusión que puede extraerse de la comisión celebrada ayer en el Parlamento en el que todos los grupos de la oposición escenificaron su rechazo a esta iniciativa, en los términos en los que está planteada. La consejera de Salud, María Martín, avanzó en esa sesión que el Gobierno regional estudiará qué consecuencias (económicas, legales y para el ciudadano) podría acarrear la paralización del actual proceso de adjudicación.

Con esa información en la mano, el Ejecutivo tratará de «consensuar» una solución, «viendo cómo podemos encajar las diferentes posiciones» de los grupos políticos en el proyecto actual o, en caso contrario, «hacer una propuesta nueva».

Así lo indicó Martín en posteriores declaraciones a los periodistas en las que manifestó sentirse, pese a todo, «optimista, porque por primera vez se ha posicionado cada grupo; lo que yo conocía hasta ahora eran pedradas y pancartas».

La consejera extrajo dos conclusiones del debate de ayer con los grupos. La primera, la opinión unánime de que es necesaria una nueva Escuela de Enfermería (aunque con discrepancias sobre dónde debería ubicarse). La segunda, el rechazo a acometer las dependencias administrativas previstas en el complejo (sede de la Consejería).

Con esto sobre la mesa, Martín admitió que realizar únicamente la Escuela de Enfermería «podría ser una opción», si bien puntualizó que «el proyecto actual no se puede desintegrar». Sí abrió una puerta a la posibilidad de desarrollar la iniciativa por fases, arrancando con la escuela, única que cuenta con el respaldo de todos los grupos. Eso sí, la consejera también hizo hincapié en que «el Gobierno también tiene sus prioridades» y descartó desvelar sus propuestas si se materializara el hecho de cambiar «de arriba abajo» el actual complejo previsto.

«No es el momento»

Especialmente relevante fue la oposición al proyecto expresada por Ciudadanos, que ya en un comunicado se había felicitado por «paralizar la construcción del complejo no sanitario, tras recalcar que uno de los compromisos asumidos en su pacto de gobernabilidad con el PP apostaba por «suspender las obras» y evaluar la viabilidad del proyecto. Ayer, el portavoz de Cs, Diego Ubis, fue tajante al asegurar que «no es el momento» de llevar a cabo la infraestructura, sino de acometer otras mejoras sanitarias en materia de personas, atención primaria, etc. «El ciudadano quiere que se mejore la asistencia», indicó Ubis, que sí apoyó un edificio para Enfermería en el lugar que aconsejen los técnicos. Su compañera Rebeca Grajea añadió el rechazo del grupo a obras «faraónicas» que incrementen la deuda.

Para el PSOE, «la prioridad absoluta es la construcción de la escuela», integrada «física y académicamente» en la Universidad de La Rioja, defendieron Raúl Díaz y Nuria del Río. Para ellos, «el resto de servicios no son prioritarios». Además, los socialistas mostraron dudas sobre qué servicios se subcontratarían de seguir adelante el actual proyecto del San Millán.

Por parte de Podemos, Juan Calvo también reclamó «que se retire el proyecto», por considerar, entre otras cuestiones, que «no es prioritario ni necesario, influirá en la deuda y dudamos de que sea enteramente sanitario». «Los riojanos tenemos prisa por otras cosas. Hay que orientar las políticas sociales a la gente y evitar volver al ladrillo», indicó, proponiendo también que la Escuela de Enfermería se ubique en el campus de la UR, en el CIBIR o en centros de salud.

El único apoyo al complejo fue el del PP, cuyo diputado Félix Vadillo recalcó que se trata de un proyecto «viable y necesario y que traslada los costos a 18 años». «No es megalomanía, en algún sitio hay que centralizar la Consejería, llevamos años de disfunción», añadió.