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La luz explota en los cielos de Vitoria. Igor Aizpuru

Mirar al cielo y quedar 'pasmao'

Fuegos artificiales ·

Miles de vitorianos acuden en peregrinación a Mendizabala para asistir a uno de los espectáculos más queridos de La Blanca

Sábado, 9 de agosto 2025, 00:27

Cuando anochece en fiestas de Vitoria, una de las grandes tradiciones de la ciudad obliga a peregrinar hasta la 'monte de la tortilla' y buscar ... algún hueco libre, cada vez más difícil, en el promontorio al lado del recinto ferial y contemplar en la oscuridad el espectáculo de los fuegos artificiales iluminando el cielo. Algunos van con lo puesto, en plan turista, pero otros son auténticos profesionales de la cita:mantas, sillas, carritos de bebé, plásticos, cena...

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Y también, como la chavalería, quien aprovecha para darle al botellón... o para hacer manitas amparados en la oscuridad. Todos ellos han disfrutado estos días de un espectáculo que el jueves llevó la firma de Pirotecnia Alto Palancia, empresa castellonesa que en apenas 18 minutos quemó todos los cartuchos para dejar anonadados a los miles de asistentes que vieron colorearse la noche vitoriana con un espectáculo de dejar la boca abierta.

Gorka López de Juan Abad y Marta Camarero son de los que llevan la tradición de los fuegos en la sangre. «Es un espectáculo que hemos visto toda la vida, primero acompañando a nuestros padres y después llevando a nuestros hijos», detallan al tiempo que destacan que este año «en todos los actos de fiestas hay mucha gente».

Gorka y Marta

«Es un espectáculo de toda la vida. Primero con nuestros padres, después con nuestros hijos»

Y es que la 'grada' estaba abarrotada y encontrar un hueco en medio de la oscuridad era complicado. «Estamos todos camuflados con la hierba tan alta y resulta un poco incómodo», aseguraban Aritz Oraá y Virginia Díez, que acudieron a una cita en la que son fijos acompañados de sus hijos, Ipar y Unax.

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Alas once en punto la luz decayó en el recinto ferial y se hizo el silencio, que quedó roto en solo unos segundos por un primer estruendo colosal. Una explosión de luz y color que desató la emoción de los dos pequeños. «Molan mucho y nos encanta cómo explotan y los colores y las formas», dicen Ipar y Unax, que disfrutaban de la cena durante el espectáculo y después tendrán también sesión de barracas, un lujazo.

Ania, Arturo, Tania y Julen

«El pequeño, que solo tiene un año, está súper emocionado, sin ningún miedo»

Ania Ederra y Arturo Hernández contemplaban el proceso junto a sus hijos, Lara y Julen. Para el segundo, de apenas un año, era además su estreno. «Los pequeños lo disfrutan un montón porque les sorprende mucho y para Julen es la primera vez y está súper emocionado, sin ningún miedo», señalaba la madre.

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Las tandas se sucedían mientras de las bocas de los asistentes salían gestos de exclamación. Hasta una traca final espectacular de esta apoteosis lumínica. «¡Lo han quemado todo aquí!». La estremecedora explosión final dio paso al silencio y la oscuridad.La tradición de los fuegos estalló de nuevo.

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