Las fiestas «han ido de más a menos, pero se ha trabajado bien», dicen bares y hoteles
Los empresarios destacan la «mayor presencia» de turistas extranjeros. «Y los nacionales ya sabían que venían a La Blanca»
Si la ciudadanía en general tenía más ganas que nunca de volver a celebrar La Blanca y eso se ha visto reflejado en el ambiente ... en las calles, el sector de la hostelería todavía estaba más deseoso de recuperar las fiestas y con ello mejorar sus cifras de negocio tras muchos meses de dificultades por la pandemia, los cierres, las restricciones, la subida de los costes energéticos... «Ha sido un no parar de dificultades», coinciden los empresarios consultados por EL CORREO, pero las fiestas de Vitoria «nos han permitido volver a la normalidad. ¡Por fin!», señala Gema Guillerna, directora del NH Canciller Ayala.
Su hotel ha registrado ocupaciones por encima del 90% durante la mayoría de las jornadas festivas «y la gente se ha animado a venir a comer o cenar, hablo de cuadrillas, de familias, de grupos de amigos... Sobre todo los primeros días», añade. Es algo que «se nos había olvidado, tener aquí el ambiente de La Blanca», señala Elena Martín, responsable del Jardines de Uleta y de la patronal de hostelería de SEA. Destaca la afluencia de visitantes extranjeros, sobre todo «franceses, alemanes y holandeses», pero le ha llamado más la atención que entre los turistas nacionales «ya supieran que venían a una ciudad en fiestas. Parece que nos empiezan a conocer».
A partir del domingo «ha bajado la clientela, sobre todo de noche», pero las comidas «han seguido moviendo gente»
Iván Saldaña, al frente de los hoteles Hito y Nirea y los apartamentos Diván e Irenaz, corrobora las impresiones de sus colegas de profesión. «No puedo estar más satisfecho, hemos trabajado muy bien. La gente ha venido con ganas a Vitoria y hasta el domingo querían exprimir las fiestas a tope», sostiene.
Es también la sensación que ha quedado entre los responsables de bares y restaurantes de la ciudad, que han tenido sus negocios «a rebosar» en muchos casos entre el jueves y el sábado, pero a partir del domingo «la fiesta ha caído, quizá por encima de lo esperado inicialmente. Hemos ido de más a menos», resume Juan Carlos Antolín, que lidera los negocios Kotarro, Kanijo, Kobatxa y KlanDestino.
Cae el consumo nocturno
Los restaurantes han funcionado «muy bien» con las comidas, sobre todo los días 4, 5 e incluso el 6, mientras que por la noche la actividad hostelera se resentía «y ya la gente optaba más por los pintxos o bocatas que por cenar sentado», detalla Josean Merino, patrón de La Escotilla y el PerretxiCo. También ha caído el consumo de cubatas «porque el ocio nocturno ya no es lo que era», asevera Josune Menéndez, del Erkiaga, que sí esperaba «haber trabajado más. Creo, incluso, que nos fue mejor en 2019».
Jesús Arrieta, del Zabala y la Escuela de Calor, resalta la «mayor presencia de blusas y neskas en las calles» que otros años «y son los que dan ambiente». También ha acabado encantada con las cuadrillas Sonia Muiño, del Dólar, que en sus primeras fiestas al frente del establecimiento de la calle Florida «hemos superado las previsiones. Hemos trabajado muy bien todos los días y en diferentes momentos». Todos ellos ya esperan a La Blanca'2023, otra vez con muchas ganas.
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