Cocine con amor. Cuesta menos que encargar comida basura
Comprobado: una comida rica y sana se prepara en menos tiempo que el que tarda el pizzero en llegar a casa
El secreto para comer sano es cocinar con amor. Aunque se vaya a comer solo. O, quizás, mejor dicho, especialmente cuando se cocina para uno mismo, que es ahí, en nosotros, donde comienza el verdadero arte de amar. Con demasiada frecuencia tendemos a pensar que una llamada por teléfono al pizzero nos ahorra tiempo y dinero. Ni lo uno ni lo otro y, si quiere que le diga la verdad, mucho menos salud. En bastante menos de lo que tarda el motero en traer una estupenda comida basura uno puede preparar en casa una deliciosa comida más barata, más sana y, por supuesto, más amorosa.
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De todo esto habla la médico nutricionista Silvia Zuluaga, colaboradora habitual de esta sección, en su último libro, que se titula 'La magia de comer bien. Mi tiempo es oro y mi salud, mi tesoro'. «El secreto para comer bien –explica a Jantour– consiste en ser consciente de lo que hacemos, por qué lo hacemos, para qué y cómo. Puede parecer muy complicado, pero no lo es tanto. Basta con entender que nuestro cuerpo es único, valioso, no tiene recambios. Para que nos dure en buen estado y durante el mayor tiempo posible hay que cuidarlo, quererlo y mimarlo». Con semejante declaración de intenciones, casi no merecería la pena seguir escribiendo. Pero la especialista donostiarra aún tiene algo que contarnos.
Adelgazar no, comer bien
A menudo ponemos la excusa de la falta de tiempo para justificar nuestra inactividad física o el moho que de no usarlos les está saliendo a los mandos de la cocina. Comer sano no es una cuestión de estética sino de quererse bien y de querer igual de bien a las personas que se alimentan de tu rancho. «El tiempo se encuentra cuando somos capaces de entender el papel que la comida desempeña en nuestra vida. La cuestión que más preocupa suele ser la de adelgazar, pero la mayoría de las personas no necesita perder peso, sino simplemente comer bien».
Una buena ensalada, unas pechugas a la plancha con pimientos, cualquier tortilla no necesitan más de 20 o 30 minutos de dedicación. Con «un poco de amor» y «huir de los ultraprocesados», basta para comer sano. Otra cosa es organizarse. La receta de Zuluaga para ello consta de cuatro ingredientes.
1. La táctica del empujón. Tendemos a elegir lo fácil, en la cocina como en el resto de ámbitos de nuestra vida. El empujón es ese impulso que necesitamos para tomar la decisión adecuada. Aunque a veces cueste, hay que adoptar las medidas que nos beneficien a largo plazo.
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2. La estrategia del uniforme. Planifique las comidas igual que organiza la ropa que lleva cada día a trabajar. No es fácil, pero puede llegar a serlo. La elaboración de un calendario semanal ayuda a convertir en sencilla una tarea compleja.
3. El comidismo organizado. Un paso más allá en la 'estrategia del uniforme' consiste en incorporar a la dieta semanal todos los grupos de alimentos y combinar entre sí la enorme variedad de productos que existen. Le sorprenderá ver la cantidad de menús variados, sencillos y sabrosos que pueden llegar a salirle.
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4. La pregunta definitiva. '¿Qué voy a comer mañana?' Plantearse esta pregunta de víspera es la mejor manera de acertar con el menú del día siguiente. La planificación semanal ayuda, pero tener un plan b le permitirá salir airoso de cualquier imprevisto. El día que menos se lo espera una reunión de trabajo sin agendar le echa al traste su previsión culinaria.
¡Aaay, qué bonito es el amor... y qué rico y qué sano! ¡Feliz menú!
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