Un centro vasco pone marcha el primer programa en España de 'dieta total'

Bajar de peso no es una cuestión de fuerza de voluntad, sino de compromiso con uno mismo. Lo dice la farmacéutica Toscana Viar, conocida por ser la nutricionista del Athletic Club, la selección española de fútbol y la Universidad de Deusto, entre otras instituciones y asociaciones deportivas. Su grupo ha puesto en marcha un proyecto de 'dieta total', pionero en España, que pretende ayudar a las personas a perder kilos con un plan revolucionario. El objetivo es convertir la dieta en una forma de disfrutar de la comida y para la consecución de ese objetivo se pone a disposición del paciente un equipo profesional integrado por endocrinólogos, nutricionistas, psicólogos, mindfulness e incluso un entrenador personal. Y todo sin salir de casa.

Lo que The Health Company ha puesto en marcha es algo que los profesionales de la salud vienen defendiendo desde hace mucho tiempo. Pero al normal de los mortales –que somos usted y yo– siempre nos ha resultado imposible alcanzar. Si financiarse el gimnasio ya tiene un coste, no le digo nada si además tiene que pagarse uno el psicólogo para que le dé fuerza moral; el endocrino para que guíe su salud; y el monitor de gimnasia para que te obligue a sudar la camiseta... Si, para colmo, después de semejante calvario, hay que pasar hambre o tener que prepararse platos de verdura hervida y cosas así, apaga y vámonos. Reconozcámoslo, eso duele.

«Cuando queremos introducir un cambio tenemos que tener muy clara la motivación. Hemos de saber bien cuáles son los motivos que empujan nuestro deseo», explica Toscana Viar, especialista en el desarrollo de este tipo de planes integrales. Su planteamiento no trata de férreos regímenes, sino de cambiar de estilo de vida.

Regla número uno. Olvídese de dietas estrictas que le obliguen a mirar de reojo el plato de su pareja o su hijo. Siguiendo las pautas de los nutricionistas del programa, un equipo de cocineros cualificados elaborará un menú ajustados a sus necesidades específicas. El plan alimentario se renueva cada semana y todos en la casa van a participar de él.

Las clases –digamos que ésta es la norma número dos– no son presenciales, se siguen a diario en conexión directa con el centro académico a través del ordenador. Quién falle un día, no pasa nada. Existe la posibilidad de grabarlas y seguir el curso 'en diferido', cuando mejor le convenga. Hay sesiones grupales e individuales, con todos y cada uno de los expertos que participan en el programa.

Las conjuntas permiten compartir experiencias y sensaciones entre iguales, personas que sienten que afrontan tu mismo reto. «Los cambios en tribu resultan mucho más fáciles», subraya Viar. Las conexiones individuales brindan, por su parte, la oportunidad de intercambiar con los especialistas todo tipo de impresiones y dudas.

Después de toda una vida haciendo las cosas de una manera concreta, es posible que, alguna vez, se sienta devorado por la angustia. No se preocupe. Para eso y más hay sesiones de psicología. «No damos dietas. La idea es introducir cambios que nos permitan una vida más saludable». Un equipo de 'endocrinos', que como el resto de profesionales también atiende personalmente, se ocupa de ir resolviendo las cuestiones personales. El peso que no baja, el ejercicio físico más adecuado para tu hipotiroidismo...

Un entrenador personal se ocupa, por último, de que el ejercicio físico propuesto se ajuste a las necesidades de cada uno. El objetivo es que la actividad física no se convierta en una rutina pesada, sino en algo sano y divertido. El programa, por cierto, dura cinco meses. «La fuerza de voluntad es como un muelle», reflexiona Toscana Viar. «En cuanto te cansas, lo sueltas y el muelle vuelve al punto de partida. Eso es justo lo que queremos evitar». En resumen, dieta sana y compartida, ejercicio acorde a las necesidades de cada uno y una sonrisa interior. La vida misma. Feliz semana.

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