Frutos rojos, color de salud

Denominamos frutos rojos, frutas del bosque, frutas silvestres, frutillas o berries a unos pequeños frutos o bayas comestibles donde podemos incluir a los arándanos, endrinas, frambuesas, grosellas, moras, madroños, fresa silvestre y el sauco entre los más comunes. Por compartir algunos pigmentos y componentes también se pueden denominar frutas rojas a las fresas, granada, sandía, uva tinta y cereza entre otras. Distintos componentes de este grupo alimentario estarían disponibles durante todo el año, en su época y fuera de ella, en algunos casos provenientes de invernaderos y en otras ocasiones importados.

El color de estas frutas varía desde distintas tonalidades del rojo hasta colores muy próximos al negro o violeta oscuro. Esta pigmentación se debe a la presencia de polifenoles; flavonoides, antocianinas, taninos y otros fitoquímicos con una actividad funcional que es origen de las propiedades de estos alimentos. Estas sustancias tienen una importante capacidad antioxidante y antiinflamatoria favoreciendo la disminución en mayor o menor medida de los procesos oxidativos, procesos inflamatorios, degenerativos y el paso de la edad.

Desde el punto de vista técnico esta potencia antioxidante se mide a partir de la escala internacional 'ORAC' que mide la capacidad de absorción de radicales de oxígeno. Las frutas del bosque y algunas hierbas aromáticas están en las primeras posiciones del ranking. Estos pigmentos están localizados principalmente en la piel y en las semillas por lo tanto es más recomendable su consumo como fruta entera en buen estado de maduración.

Por otra parte también hay que destacar su riqueza en vitamina C, potasio, hierro, cromo, magnesio, fósforo, zinc y manganeso. Las proantocianidinas presentes en especial en los arándanos inhiben la adhesión de algunos microorganismos patógenos a las células uroepiteliales y en ocasiones suelen recomendarse como complemento en los tratamientos por infecciones de las vías urinarias.

Los expertos recomiendan el consumo diario de al menos 3 piezas de fruta cada día en todas las edades a lo que deberíamos sumar un puñado de frutos rojos. Si no hay contraindicación es una buena medida que podemos hacer realidad en un yogur, kéfir, ensalada, bizcocho casero, papilla de frutas, té o simplemente como picoteo de media tarde.