Rusia elimina el límite al despliegue de misiles de alcance intermedio
La decisión de Moscú se produce en respuesta al despliegue de dos submarinos nucleares por parte de EE UU
Moscú ha acabado este lunes por la noche con el veto voluntario al despliegue de misiles de alcance intermedio. Lo ha anunciado el Ministerio de ... Asuntos Exteriores del país, que lo ha justificado por lo que consideran amenazas in crescendo de los EE UU. En el mismo documento se considera que las condiciones que mantenían la moratoria desaparecieron. Desde que empezó la guerra Rusia ha dado marcha atrás en diferentes tratados que limitaban su potencial militar en otros aspectos como las armas nucleares o las fuerzas armadas convencionales.
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«Rusia ya no tiene restricciones en este tema, ni se considera limitada de ninguna manera. Rusia se considera con derecho a tomar las medidas apropiadas en caso de que sea necesario», ha respondido este martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria cuando se le ha preguntado por esta eliminación a los límites del despliegue de misiles de alcance intermedio.
Esta medida llega después de que el presidente estadounidense Donald Trump desplegara dos submarinos nucleares tras los comentarios en redes sociales de Dmitri Medvedev. En ellos aseveró que los movimientos de la OTAN eran «antirrusos» y prometió «nuevas medidas«. El expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad suele publicar comentarios provocadores y el líder norteamericano le respondió sin tapujos con los sumergibles.
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El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha acusado también a EE UU de probar y producir misiles intercontinentales en regiones críticas para la seguridad del país euroasiático. Es por ello que consideran que la razón de ser de la moratoria unilateral «ha dejado de existir». Este veto voluntario se impuso en 2019 después de que Washington abandonara el pacto tras acusar al Kremlin de no respetarlo. Este prohibía el desplazamiento de misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.
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No es la primera vez desde febrero de 2022, cuando empezó la guerra directa entre Rusia y Ucrania, que el Kremlin busca desprenderse de limitaciones para su músculo militar. En febrero de 2023 suspendió el tratado de proliferación de armamento nuclear START III. Este acuerdo con Estados Unidos se firmó en 2010 y simbolizaba un reinicio entre Washington y Moscú. En aquel momento las relaciones entre ambos países pasaban por uno de sus mejores momentos.
Ese período de entendimiento ya terminó y en la actualidad se van eliminando los últimos resquicios que aún quedan. El tratado buscaba reducir la cantidad de proyectiles con ojivas nucleares de Estados Unidos y de Rusia. El Kremlin justificó su suspensión del acuerdo porque consideraba que además de las armas nucleares se debían tener en cuenta las de otros países de la OTAN como Francia y el Reino Unido, que disponen de sus propios arsenales.
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Posteriormente en octubre de ese mismo año el país euroasiático dio los primeros pasos para abandonar el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares que firmó en 1996 para prohibir las pruebas atómicas. El presidente del Parlamento, Viacheslav Volodin, señaló entonces que la permanencia en el tratado «se revoca en aras de garantizar la seguridad de Rusia». «Hemos esperado durante 23 años a que Estados Unidos ratificase este tratado, pero Washington no lo hizo por su doble rasero y su irresponsabilidad hacia la seguridad global», añadió entonces, culpando a Washington.
Países no firmantes
Un mes más tarde el mismo presidente ruso, Vladímir Putin, ratificó la medida. La mayor parte de países del mundo ha firmado y ratificado este tratado, con excepciones notables como Corea del Norte, Irán, China, Egipto, India, Estados Unidos, Israel y Pakistán. Este documento prohíbe pruebas nucleares en la atmósfera, subsuelo, submarinas y en el espacio.
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Además en ese mismo mes de 2023 Rusia abandonó el Tratado sobre las Fuerzas Convencionales en Europa, que fijaba los límites de armamento que podía desplegar Rusia. Este documento establecía que los límites de vehículos militares entre el Atlántico y los Urales para Rusia y la OTAN debían ser los mismos. «A las 0.00 horas del 7 de noviembre concluyó el procedimiento contemplado en el FACE de abandono de este tratado por Rusia. De este modo, el documento jurídico internacional cuya vigencia fue suspendida ya en 2007 quedó para nosotros definitivamente en la historia», publicó el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Ese mismo día otros dos acuerdos quedaron anulados: el de Budapest que limitaba los topes de armamentos y el de 1996 que limitaba las Fuerzas Armadas en los flancos de Rusia tras la desaparición de la URSS. Todas estas retiradas rompen las aspiraciones de aquellos que intentaron a principios de los 2000 crear un buen entendimiento entre Occidente y Rusia, cuando Putin bailaba con la primera dama estadounidense Laura Bush o Silvio Berlusconi (primer ministro italiano entonces) propuso en 2002 la integración del país euroasiático en la Unión Europea.
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