Deserción en masa de una brigada del ejército ucraniano antes de empezar los combates
La unidad 'Ana de Kiev' ha quedado desmantelada al huir casi 1.700 soldados que habían sido entrenados por Francia el pasado otoño
Representan unos hechos embarazosos para París y Kiev. La unidad del ejército ucraniano 'Ana de Kiev', formada y equipada por las Fuerzas Aramadas francesas durante ... el otoño, ha quedado prácticamente desmantelada. Este batallón llegó al frente del Donbás (en el este de Ucrania) a finales de noviembre, pero desde entonces ha sufrido una oleada de deserciones. Según reveló el reputado periodista ucraniano Iuri Butusov, cerca de 1.700 soldados de la brigada (con un total de 4.500) han huido. Y muchos de ellos lo hicieron antes de empezar los combates.
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El comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Mijailo Drapati, reconoció el lunes «problemas con la cadena de comando y el proceso de formación», aunque «quizás no en la dimensión presentada». Admitió, además, que los problemas sufridos por este batallón resultan «sistemáticos en otras brigadas, no es ningún secreto», en un mensaje poco habitual de autocrítica por parte de las Fuerzas Armadas del país invadido. De hecho, este caso ilustra los problemas de reclutamiento que arrastra el ejército de Ucrania, sometido a un fuerte desgaste después de casi tres años de una guerra de alta intensidad con Rusia, que afronta unas dificultades parecidas y ha tenido que recurrir a soldados norcoreanos.
El revés de esta unidad también ha generado revuelo en Francia, donde había sido presentada como un emblema de la colaboración de Ucrania con sus aliados occidentales. El presidente francés, Emmanuel Macron, había anunciado su creación en junio durante el 80º aniversario del Desembarco de Normandía, una conmemoración en que estuvo muy presente el actual conflicto en el este de Europa. Además, el jefe del Estado supervisó en septiembre uno de los entrenamientos en territorio galo de esos soldados ucranianos, que recibieron una cantidad significativa de armamento francés (128 vehículos de transporte de tropas, 18 tanques AMX-10 y 18 cañones Caesar).
No obstante, los problemas para la unidad 'Ana de Kiev' empezaron prácticamente desde su creación. Muchos de sus integrantes eran hombres de cierta edad, a los que habían reclutado en Ucrania de manera obligada. Eso se vio reflejado desde su llegada a Francia. Hasta 50 de ellos (de un total de 2.000) escaparon y aprovecharon su estancia en Europa Occidental para emigrar de manera clandestina -actualmente sigue vigente la ley marcial en Ucrania que impide a los hombres marcharse del país-. Se beneficiaron del hecho de que en la legislación gala no están sancionadas las deserciones y un soldado que abandona las filas castrenses no hace frente a consecuencias judiciales.
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«Caos organizativo»
El ejército galo reconoció esta semana que se produjeron deserciones «en las mismas proporciones que en todas las formaciones de soldados ucranianos fuera» del país invadido. La desbandada que sufrió esta unidad se acentuó con su retorno a Ucrania, donde fue desplegada en Pokrovsk, en uno de los sectores con una mayor intensidad en los combates en el Donbás. Según el periodista Butusov, la brigada no fue equipada con drones -un tipo de armamento fundamental en este conflicto- y eso propició que «sufriera pérdidas importantes desde los primeros días».
«Hubo un caos organizativo», denunció este reportero, afín a las posiciones de Kiev. Los soldados que quedan de esa unidad, según Butusov, han sido repartidos en otros batallones «para compensar los agujeros» en términos de efectivos en el Donbás. El ejército ruso va arañando terreno en esa zona desde hace meses, mientras que las tropas ucranianas iniciaron el pasado domingo una nueva ofensiva en la región rusa de Kursk. El Gobierno de Volodímir Zelenski quiere conservar la pequeña zona del territorio ruso que ocupa en vista de unas hipotéticas negociaciones este año, tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. De hecho, Macron defendió el lunes que Kiev «debe llevar a cabo unas negociaciones realistas sobre cuestiones territoriales».
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