La encerrona de C. Tangana a Pablo Motos: «Quería saber si tiene sentimientos»

'La guitarra flamenca de Yerai Cortés' es el primer largometraje que dirige C. Tangana. Cineasta y protagonista acudían a 'El Hormiguero' para darla a conocer. Y primero, Tangana presentaba a Yerai. «Es mi músico favorito de todos los tiempos. El que haya venido a algún show mío seguramente le conocerá porque estuvo participando con nosotros. Le conocí en una fiesta una noche y me quedé impresionado por cómo tocaba y con su personalidad. Se puede juntar con gente como yo y con muy puristas del flamenco. Eso a mí me llamó mucho la atención», explicaba. 

La pareja comentaba por qué hay que ver la cinta en los cines. «Hay que verla con buen sonido. Esto procede de enseñar el flamenco de forma distinta, de una forma que esté viva. Para nuestra generación, escuchar es una cosa rara. Las pantallas y los videoclips nos han alejado de esto y lo que hemos querido hacer es meter los micros y meterte dentro de la música. Eran incalculables los micrófonos que había», contaban.

La madre de Cortés es una de las figuras del filme. «La gente se piensa que yo soy frágil. Y soy frágil, pero no como una margarita, soy frágil como una bomba», sentencia la mujer en la peli. «Mi madre es la caña», ponderaba su hijo que pasaba a redefinir el trabajo audiovisual. «Siempre digo que esta no es una película de flamenco, es una película de amor, de la vida. Todos tenemos penas y alegrías, y yo uso el flamenco para expresarme, pero de lo que habla la película es algo orgánico, cotidiano», afirmaba Yerai.

Motos reveló que Tangana le había invitado a una proyección privada del filme en su estudio y allí le hicieron una encerrona. Acudió a la cita con tres personas de su equipo. «Ninguno esperábamos que fuese eso. Y al escuchar una carta nos pusimos los cuatro a llorar como si no hubiera un mañana. Y al acabar la peli, viene Pucho con los protagonistas de la película. Fue un shock», descubría el presentador. El cineasta sonreía. «Para mí fue una comprobación humanística, quería saber si Pablo Motos tenía sentimientos. Fue emocionante», sentenciaba.

«Para mí, ha sido una terapia. Me metí a contar esta historia, a rascar donde dolía en la familia, a levantar ese polvo del que antes no se hablaba. Y simplemente por sanar e intentar entender algunas cosas. Ahondar ahí dentro tiene su vértigo, pero como te salga bien es la ostia», aseguraba Yerai sobre su historia filmada. Y Tangana desvelaba que el séptimo arte le ha conquistado. «Voy a intentar seguir haciendo cine, si me dejan. Ahora no tengo otra cosa en la cabeza. Ya estoy pensando en escribir, me están enseñando unos colegas. Creo que lo próximo será una peli de ficción», confesaba. Y hablaba de su debut detrás de una cámara. «Yo no tenía ni idea de dónde me estaba metiendo. La ignorancia me ayudó. El conocimiento académico no es muy bueno para la creatividad. La creatividad requiere de una inocencia y un atrevimiento que se pierde cuando uno es tremendamente estudioso de algo», argumentaba Tangana que, con todo, no abandonará la música. «La música está ahí y no se va a ir, ese vínculo no se puede perder nunca. Le agradezco al público que tiene la paciencia de esperar», zanjaba. 

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