Festival de Jazz de Vitoria
Martín Caminero, profeta mucho más allá de su tierraJazz, flamenco y virtuosismo se dan la mano en la actuación de Martín Caminero junto a la big band alemana NDR
Antes de su actuación, Pablo Martín Caminero reconocía lo especial que era este encuentro. Lo comentaba entre su entorno más cercano, pero también en redes ... sociales. «Soy vitoriano y pocos momentos se me van a dar en la vida de semejante intensidad como tocar mis temas en nuestro mítico Festival de Jazz», publicó en Instagram unos días antes de subirse a las tablas del polideportivo Mendizorroza.
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Ayer, toda esa intensidad con la que él mismo vivió el concierto se transmitió con maestría de vuelta al público y una cercanía pasmosa. Elegantísimo, con un traje y en zapatillas, el maestro del contrabajo alavés abrió la tanda de conciertos en el polideportivo de Mendizorroza pasadas las ocho y media por todo alto. En un recinto con una buena entrada pese a tratarse de un miércoles. Muchísimos huecos en grada, pero el patio casi al completo.
Comenzó con 'Salto al vacío' (¿no es eso entregarse a la música?), tema de su álbum homónimo publicado en 2016. Arropado por el pianista Moisés Sánchez y el batería Borja Barrueta, y hasta otros quince músicos de una big band alemana, en hora y quince minutos puso al público en pie y confirmó que no solo es ya profeta en su tierra, sino también más allá de sus fronteras. «Se han puesto malos dos de la orquesta. Yo también pero como soy de Vitoria he aguantado», comentaba Martín Caminero hacia el final del recital para referirse a la amplia formación dirigida por Geir Lysne.
Sus composiciones adquirieron otra dimensión en la primera vez que las presentaba en la el certamen gracias a la colaboración con la gran banda de la radio y televisión pública alemana NDR. Un encuentro que hunde sus raíces en el deslumbramiento que tuvo un responsable de la radio germana al verlo tocar en el club madrileño Bogui Jazz. Temas como 'Fkotr' y 'Colina' sonaban más grandilocuentes y épicos por el empuje de los vientos.
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Antes, la finura de la guitarrista Sandra Hempel traslució en 'Blues para Gerardo Núñez', dedicado a uno de los maestro de Caminero. En ese mismo tema Moisés Sánchez y Barrueta se lucieron. Y las conexiones con el contrabajista se iban multiplicando a lo largo de un concierto ameno y virtuosista que pasó en un suspiro.
El vitoriano figura ya por méritos propios entre grandes del flamenco jazz como el pianista Chano Domínguez o el flautista Jorge Pardo, pero el desparpajo a la interpretación y talento compositivo traspasa estilos como ha demostrado en diferentes proyectos. Es capaz de pasar unas cuantas 'Suites para violonchelo' de Bach al bajo, firmar una banda sonora única en la cinematografía española ('El plan'), enriquecer 'Electra', del Ballet Nacional de España, o reinterpretar de forma sobresaliente temas flamencos de Riqueni ('Al niño Miguel') o Vicente Amigo ( 'Querido Metheny').
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Dedicado a Celedón
Con una naturalidad aplastante. La misma con la que presentó en el directo 'Soleá de Gasteiz', que dedicó a Celedón. «Vamos a conectar nuestros antepasados más flamencos. Ya sabéis de dónde son», dijo en otro guiño a los suyos acerca del que deberíamos tomar por un himno al sur de Euskadi. La comunión con el público en este pistoletazo de salida enérgico tuvo su rúbrica con 'Trianatron'. «Un reggaeton de una colonia nuestra que está en Sevilla», presentó Caminero. Para entonces ya se había metido en el bolsillo a conocidos y desconocidos antes del directo de Carrington.
Hoy, segunda jornada en Mendizorroza con otro pase doble de lo más interesante. El vibrafonista estadounidense inicia la velada a las 20.30 acompañado por María Grand (saxo), Jeremy Corren (piano), Kanoa Mendenhall (bajo) y Jeremy Dutton (batería). Seguidamente (22.00) le tomará el relevo en el escenario la vocalista Cécile McLorin.
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