Humanoides alienígenas invaden el Azkena de madrugada
El circo grotesco y gore de los metaleros estadounidenses Gwar provocó asombro y arruinó atuendos
Qué gusto da poner un titular como el de arriba y que no sea 'clickbait'. Sí, señoras y señores, un grupo de humanoides alienígenas invadió anoche el Azkena Rock Festival y desencadenó el caos frente al escenario Love. Se llaman Gwar, tienen su base terrestre en Virginia (Estados Unidos) y, en fin, vienen a ser el modelo en el que se inspiraron los eurovisivos Lordi para trazar su versión suavizada y su plan de dominación mundial. Porque lo de Gwar es heavy en el sentido musical, pero sobre todo en el escénico: su mayor afición es proyectar líquidos de color rojo y azul sobre los espectadores de las primeras filas (y las segundas, y las terceras...), que anoche arruinaron unos cuantos atuendos festivaleros. Dentro de unos días les contaremos si las manchas se van con un lavado en caliente.
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Gwar responden a nombres que no son de este mundo, como Blöthar The Berserker, el vocalista de cuernos y doble falo, o Balsac Mandíbulas de la Muerte, el guitarrista que tiene la cara como un cepo para osos, o Beefcake El Poderoso, el bajista que recuerda lejanamente a un guerrero romano, o Pustulus Maximus, el otro guitarrista, con rostro azul y piel poco cuidada con cosméticos... En fin, ya pillan la idea. Lo suyo es una farsa carnavalesca en la que se hace mofa de los poderes tradicionales, pero llevada a su extremo más gore y grotesco. De hecho, su concierto de ayer comenzó con la inesperada aparición de Carlos III, el rey de Inglaterra, y el hombre acabó bastante mal a los sones de 'Hail, Genocide!'. Algunos llevamos su sangre de colorante (rojo, por cierto, no azul) en nuestra pobre camiseta.
La mascota de Iron Maiden
Mientras interpretan su metal pesado a piñón fijo, que ya tiene mérito con esos disfraces, Gwar van enfrentándose a diversos personajes que aparecen en el escenario. En 'Mother Fucking Liar', por ejemplo, irrumpe Putin; en 'Krosstika', un papa nazi con cruces gamadas en el manto; en 'Completely Fucked', el mismísimo Eddie, la mascota de Iron Maiden (que como figura de poder en general a lo mejor no cuela, pero en el mundillo metalero pesa lo suyo); en 'Let Us Slay', un soldado de la guardia real británica, porque parece que este espectáculo está pensado sobre todo para el Reino Unido; en 'Fuck This Place', la propia reina Isabel resucitada. Y todos acaban salvajemente sacrificados por los alienígenas, entre tremendos chorros de fluidos dirigidos al público. Quizá no sea un espectáculo muy edificante, pero logró dejar con la boca abierta a muchos espectadores desprevenidos.
Con la boca abierta y también la ropa pringada. En cuanto empezó el baño, muchos echaron a correr hacia atrás, para ponerse fuera del alcance de los energúmenos y sus chorritos que salían de cuellos cortados, de orificios inesperados y, cómo no, del doble falo de Blöthar. Otros no, otros echaron a correr hacia adelante como si necesitasen urgentemente una ducha gratis. El concierto acabó con la versión más adecuada de la historia de las versiones, 'If You Want Blood', de AC/DC, la de «si quieres sangre, aquí la tienes». Y, después, algunos de los que salían de las primeras filas tenían una pinta todavía más monstruosa que los propios Gwar.
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