Ana Popovic, una heroína de la guitarra eléctrica
La guitarrista serbia afincada en USA se impuso a los hándicaps del clima y del sonido y puso en danza al respetable a base de funk y de blues disparado con denuedo por su Stratocaster gastada
No se acaba de entender que en el cartel con todos los nombres participantes en el Azkena Rock Festival el de Ana Popovic figure en la cuarta línea de los contratados para el sábado, el tercer día. ¡La cuarta línea es la última, oigan! La Popovic está colocada detrás de Ezpalak y Brigade Loco (que encima vieron suspendidos sus conciertos por el tormentón), de The Nude Party y de Lucero, que ninguno de ellos es un nombre con proyección a escala mundial.
Publicidad
Y es que aunque es serbia, la guitarrista y cantante Ana Popović (Belgrado, 1976) tiene el blues. No está tan arriba en el circuito por cuotas ni por maniobras comerciales, aunque su estilo esconda ambiciones y gran potencial transversal dentro de la música orgánica. La Popoviç, desde hace mucho tiempo vecina de USA, tiene el blues -perdón por la insistencia-, tiene poderío eléctrico y tiene valentía, y lo demostró exhibiéndose sobre el escenario Respect, el segundo más grande del ARF, desde donde exhaló huracanada un show de 11 temas en 62 minutos al frente de un sexteto con ella a la guitarra Fender Stratocaster, una base rítmica negra que lo mismo sacudía el árbol que coreaba dulce góspel, dos vientos (trompeta y saxo) y un organista.
Espoleada por el público roquero y predispuesto que entró en su onda y la ovacionó desde su salida a escena vestida como una go-go (escote, pantalón corto, botas altas, pañuelo en el cuello...), entre las once canciones que tocó la Popovic cupieron muchas de su último álbum, el reciente 'Power', donde se muestra sofisticada y felina, pero sin arañar tanto como lo hizo en vivo, sin cansarse de disparar punteos kilométricos de sonido limpio mientras se colocaba al borde del escenario de una manera tan perfilada y dinámica que si fuera un hombre quizá se le tildaría de 'falocrático', como se decía hace décadas de los héroes de la guitarra eléctrica.
Ana Popovic, una heroína de la guitarra eléctrica que usa las mismas armas que cualquier guitarrista, tocó material original, agitó el funk con ánimo de hacer partícipe de la fiesta al público que la jaleaba y bailaba a su son, y supo imponerse a ciertos hándicaps acústicos más evidentes en las primeras filas que atrás, porque cuanto menos delante se estaba mejor se oía y se evitaba el retumbe del bajo, la afonía de los metales y la voz baja de Popovic, quien desde el principio pidió que le subieran el micrófono y anduvo manejando los botones de su amplificador, porque es una guitarrista de verdad, una competidora con cualquiera.
Obviando esas dificultades sónicas seguramente sobrevenidas por la tormenta que cambió planes y trasladó nervios a la organización y a los equipos de los músicos contratados, Ana Popovic sacó adelante una actuación que si a plena luz del día funcionó de cine, imaginen lo que habría sucedido de noche. Salió a escena tras el instrumental de sus eficaces subalternos, recibió la ovación y mostró todas sus cartas con 'Can You Stand The Heat'. Cantaba tinaturnesca y punteaba como Lucky Peterson ('Power Over Me'), se ponñia espectacular como solo hacen los americanos y chuleaba delante del tablado ('Ride It'), punteaba como Copeland, batía el ritmo funk como Prince ('Doin this'), empujaba a la fiesta como James Brown y Kool & The Gang ('Lasting Kind Of Love', con pasaje del 'Thriller' de Michael Jackson cantado por el baterista), y se despidió dejando la sensación de que es una guitarrista nata capaz de triunfar sobre cualquier tablado empuñando una guitarra electrica.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión