El Azkena también es para los niños
El festival permite que los menores de 14 años entren gratis y ofrece otras opciones de ocio como una pista de autos de choque
De tal palo, tal astilla. Quiero decir, de padres azkeneros, hijos que van por el mismo camino. El recinto de Mendizabala en el que se instaura el Azkena Rock Festival (ARF) superará desde esta tarde los cien decibelios. Una decena de artistas descubrirá en esta primera jornada una escuela del rock para las familias. Así como el actor Jack Black se colaba en un instituto americano de la película 'School of Rock' para enseñarles a un puñado de alumnos «rock&roll de alto voltaje», El Drogas, Calexico, Iggy Pop o Brigade Loco –por nombrar algunos de los más destacados– serán los profesores musicales de esos muchos otros niños que acudirán con sus padres a la celebración. No les enseñarán solfeo o cómo ser políticamente correctos, pero sí les darán lecciones de expresión para que disfruten de la música con mucha libertad y otro tanto de descaro.
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En la edición anterior este grupo estuvo formado por 800 menores de catorce años, una cifra récord que duplica la de 2019 y se enmarca dentro de una asistencia global de 48.000 almas rockeras. En cifras, todos estos pequeños suponen poco más de un 1%, pero ese porcentaje da una pista del carácter familiar que tiene este evento. Además, esos críticos menores configuran la cantera de un público que los organizadores tienen que conquistar (y mantener) si desean que en el futuro la llama de su programación siga viva.
Nina, de seis años, mira con algo de extrañeza los cascos rojos de cancelación de ruido que le han prestado sus padres como complemento a ese tutú rosa que ella misma ha escogido para disfrutar de una tarde diferente entre melómanos y leyendas del rock. Su progenitores han decidido llevarle con ellos porque consideran que el Azkena es un buen festival para que escuche eso que ellos consideran «buena música».
Un Azkena familiar en 2022
800 menores de 14 años
acudieron al festival en la edición anterior, una cifra récord que dobla la de 2019
Puede que esa protección no sea la que más combine con su conjunto por ese dicho popular de «rosa con rojo, puñetazo en el ojo». Lo sabe bien. No obstante, sabe que no puede no ponérsela. Le han advertido de que es su única opción para poder bailar con The Pretenders, igual que hace con su madre todos los sábados en su cocina. Lo mismo le ocurre a Dani, a Estrella o a Amaia, que también tienen ganas de ver en el escenario a esos tipos americanos con sombrero llamados Cordovas o a ese grupo de seis que van desnudos, se tapan con guitarras y tanta risa les provocan. Vamos, The Nude Party.
Nuevas generaciones
No obstante, las jornadas no sólo van a desarrollarse entre gritos, canturreos y danzas sin control –pero a una distancia prudente– por el asfalto. Todos los niños gozarán en los próximos tres días de muchas ventajas, además de otras opciones de ocio. «Hace unos años que empiezan a ir los hijos de los que han estado asistiendo en los últimos veinte años», explicó en una entrevista a EL CORREO Alfonso Santiago, director de la compañía organizadora de la cita Last Tour.
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Por eso, desde el Azkena del año pasado se ha incluido una zona con autos de choques para que, entre canción y canción, padres e hijos puedan dar juntos un par de volantazos. Esta alternativa lúdica de feria sustituye al divertimento inusual de lucha libre mexicana (ya extinto) que arrancó en 2017.
Y hay más. Los menores de 14 años podrán entrar gratis al festival siempre que vayan acompañados de un adulto y hayan rellenado un formulario disponible en la web oficial. Lo tendrán que presentar impreso en el momento de acceder al recinto. Por su parte, los jóvenes de 15 a 23 años tendrán pases reducidos (todavía disponibles a 100 euros) a través del Bono Gaztea. En el caso de los mayores de 16 hasta los 18 podrán acceder a Mendizabala con entrada y solos, tras firmar también el permiso.
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