«Mi ama veía el deporte como un juego, no como un trabajo»
La triatleta profesional Gurutze Frades admite que «la vida de élite es superegoísta» y lamenta no haber podido acompañar a su ama cuando tuvo un cáncer hace dos años
yolanda ruiz
Lunes, 6 de abril 2020
Gurutze Frades es consciente de que la practica del triatlón le mantiene más separada de su ama, Rosi Larralde, de lo que en muchas ocasiones querría. «Tengo una vida superegoísta, siempre yo y yo. La vida de élite es superegoísta, diferente», insiste. Y más aún en la modalidad que ella practica, que le obliga a entrenar muy duro para mantenerse en forma y a viajes continuos por todo el mundo. En este sentido, recuerda con cierta tristeza que no pudo acompañar a su madre hace dos años. «Estuvo muy enferma, tuvo un cáncer y viví una situación compleja. Yo no podía estar con ella mientras se sometía a sesiones de quimioterapia. Ese año nos unió muchísimo», expresa.
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Reconoce ser muy independiente, valor que asegura se lo ha inculcado su madre desde bien pequeña. «Incluso cuando estuvo enferma nos pedía que siguieramos con nuestras vidas, siempre nos ha enseñado a no depender de nadie», comenta esta vecina de Iurreta. Gurutze Frades admite, sin embargo, que tanto a su ama como al resto de su familia incluso a la sociedad en general le costó asimilar que se dedicara al deporte de forma profesional. «Lo veía como un juego no lo entendía como un trabajo y le resultaba complejo explicar a los demás mi forma de vida», lamenta.
A base de muchas conversaciones y, como no, de ciertas «discusiones» como ocurre siempre en todas las familias, Rosi acabó comprendiendo a su hija y posicionándose de su lado. Pero prefiere ausentarse en las duras competiciones a la que se somete Gurutze, que soporta hasta nueve horas de pruebas de natación junto a carreras a pie y en bicicleta. «Sufre muchísimo y está pendiente en todo momento de si ya he salido ya del agua y de si me he bajado de la bicicleta. Esas son sus preocupaciones. Lo importante para ella es que no me pase nada», comenta esta iurretarra, a quien el coronavirus mantiene recluida en la vivienda que su familia dispone en Peñíscola.
A Peñíscola llegó antes de que se decretara el estado de alarma junto a su pareja y entrenador, Rober Corujo, con el fin de prepararse para la competición que iba a disputar el 29 de abril, que ya ha sido anulada. En esta residencia pasa parte del año para mantenerse en forma, que en estas circunstancias le resulta muy complicado. «Hago rodillos, gomas y estoy intentando conseguir una cinta de correr», detalla. Y también se preocupa de mantener a su familia en forma. «Ahora les obligo a hacer deporte porque el sedentarismo es peor que el coronavirus. Les mando videos para que hagan ejercicio», matiza.
«No mamé el deporte»
A sus 38 años de edad, Gurutze Frades se congratula de que en su casa, en la que asegura «no mamé el deporte, se haya aprendido mucho de este saludable estilo de vida». Se vanagloria también de que a pesar de estar mucho tiempo lejos de casa «vivimos muchas cosas juntos, aunque no seamos una familia empalagosa». Por eso cuando está en Iurreta aprovecha para visitar a su ama, que reside muy cerca, «Me encanta echar la siesta en el sofa», comenta esta atleta, que antes de centrarse en este mundillo fue cocinera. Pero elogia las artes culinarias de su ama. «Cocina muy bien, así que siempre agradezco los tappers que me prepara».
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En el transcurso de la conversación teléfonica Gurutze deja caer que el hecho que «no fuera una buena estudiante fue un gran dolor de cabeza» para su ama, pero a la vez se siente orgullosa de haber compensado en el deporte su cierta irresponsabilidad con los estudios. Y es que en estos momentos esta reconocida triatleta, primera española en clasificarse para participar en 2016 en el Iromnman de Hawai, asegura encontrarse en el mejor momento de su trayectoria deportiva, que inició en 2010 como profesional. Aunque por su mente no pasa en estos momentos ek final de su carrera, señala que vive con incertidumbre su futuro. La pandemia ha anulado algunas pruebas clasificatorias para el campeonato del mundo, en el que confiaba participar por quinta ocasión.
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