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25 años de Metro Bilbao: normas de comportamiento
JOSEMI BENÍTEZ

Los mandamientos del viajero ejemplar de Metro Bilbao

NORMAS DE COMPORTAMIENTO ·

En 2019 hubo solo 21 quejas por incivismo en el suburbano. Este año se ha aprovechado para actualizar las obligaciones y derechos de los usuarios de un transporte que es querido, cuidado y motivo de orgullo de los vizcaínos

Martes, 10 de noviembre 2020

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Montar en el metro de Bilbao suele ser un viaje a la limpieza y al buen gusto. Por su diseño, arquitectura y cuidado, es posiblemente uno de los suburbanos más amables de Europa. Aunque en ocasiones se observan comportamientos poco cívicos, por norma general la sensación es que se hace un uso correcto de este medio de locomoción colectivo. En 2019 solo se formalizaron 21 quejas al respecto. Se trata de un transporte que es muy querido y motivo de orgullo para los vizcaínos. Hace unos años, a micrófono cerrado, un director general de la compañía ya jubilado contaba que el cliente hace lo que ve a su alrededor. «Si observa que el suelo está sucio, no le dolerán prendas en tirar un papel al piso. Pero, por el contrario, si lo encuentra limpio, inmaculado, le costará más tomar esa decisión. Guardará las formas. Se produce un efecto espejo».

Con la actitud de los pasajeros pasa un poco lo mismo. Los responsables de Metro Bilbao tienen claro que un buen clima genera un halo balsámico y contagioso a su alrededor. Por si acaso, por si alguien decide comportarse de manera inadecuada, existe un listado de normas básicas de convivencia que está en permanente revisión y actualización. Porque, no nos engañemos, los hábitos sociales han cambiado de manera evidente en los últimos 25 años y cada cierto tiempo hay que hacer retoques.

Seguridad jurídica

En 1995, por ejemplo, no había móviles. Tampoco patines eléctricos, ni la bicicleta se utilizaba tanto como ahora. El último ajuste en el reglamento, conocido como Condiciones Generales de Contratación, se produjo el año pasado. Se introdujeron algunos cambios importantes y se aprovechó para dejar por escrito algunas pautas que son de sentido común, pero que hasta ahora eran difíciles de regular porque no figuraban expresamente como prohibidas en el citado documento. Estamos hablando, por ejemplo, de la imposibilidad de portar armas blancas o de fuego, así como de entrar desnudo a las estaciones. Ambas limitaciones están ahora estipuladas sobre el papel, con carta de naturaleza jurídica.

Otro de los grandes cambios tiene que ver con las sillitas de bebé, que pueden entrar ya por cualquier puerta y acomodarse en el sitio que deseen sus portadores, en gran medida, porque el metro ha suprimido los asientos abatibles y ahora hay más espacio disponible. Las bicis, por su parte, tienen que viajar entre los coches. El gráfico superior ofrece un repaso a las principales normas que merece la pena recordar.

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