PNV y EH Bildu continúan empatados mientras el PSE les sigue de cerca y el PP progresa
La formación jeltzale y Sumar se dejarían un escaño respecto a las elecciones generales de 2019
La campaña ha llegado a su ecuador y las oscilaciones en Euskadi de cara al 23-J son mínimas, más allá de contextos puntuales en ... los que bien el fragor de un debate o bien un mensaje determinado en un mitin generen dudas en el eventual votante. Dos meses después de las elecciones municipales y forales y a un año de las autonómicas, el mapa político vasco parece haberse consolidado con un empate entre el PNV y EH Bildu a cinco escaños, con el PSE pisándoles los talones con cuatro y con una igualada también con dos representantes en el Congreso entre Sumar, que perdería uno respecto al resultado que obtuvo Podemos en 2019, y el PP, que a diferencia de la coalición de izquierdas mantiene una tendencia alcista. Este es a grandes rasgos el dibujo que se desprende del sondeo de GAD3 para EL CORREO cuando quedan sólo siete días para la cita con las urnas.
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El comportamiento de la ciudadanía en el momento de depositar su papeleta suele variar considerablemente cuando participa en unos comicios locales o generales, y viceversa. Sin embargo, el tiempo transcurrido entre el 28-M y esta cita en pleno julio es tan escaso –e inusual– que invita a plantear el análisis con la perspectiva de los resultados de primavera y con la vista puesta en lo que puede ocurrir ahora. Y un simple vistazo a lo sucedido entonces y a lo que apunta el sondeo realizado para este periódico corrobora que entran en liza un PNV a la baja, una izquierda abertzale con expectativas de crecimiento, un PSE que aguanta con solvencia el tirón a pesar del desgaste de Pedro Sánchez y que recoge una importante bolsa de voto útil, un Sumar venido a menos si se le compara con Podemos y un Partido Popular en evidente progresión.
Es evidente que las encuestas ocupan un espacio preferente en los cuarteles generales de los partidos y que en mayor o menor medida condicionan sus estrategias de campaña, sobre todo cuando el gran día se aproxima. La formación de Andoni Ortuzar tiene ya interiorizado desde mayo que su principal adversario en su particular batalla por ganar influencia en Madrid es la coalición de Arnaldo Otegi. Los jeltzales ejercieron la autocrítica después de sus malos resultados en los comicios de ámbito local y foral y, además de incidir estos días en que representan desde hace casi medio siglo la «voz vasca» en la capital, han llamado de manera insistente a la movilización de sus afiliados y simpatizantes, convencidos de que la abstención les lastró sobremanera.
Viento a favor
Bildu, por su parte, navega con el viento a favor desde primavera y ha dejado a un lado el ansia soberanista para criticar la «equidistancia» del PNV cuando alude al PSOE y al PP y centrarse en algunas leyes que han salido adelante en la Cámara baja gracias a sus negociaciones con el Gobierno, como es el caso del texto legal sobre la vivienda. Fue sintomático el desplazamiento de la cúpula de la coalición a Durango para recordar públicamente que los jeltzales accedieron a la Alcaldía gracias al apoyo del único concejal popular, lo que dejó a Bildu fuera del gobierno municipal a pesar de ser la fuerza más votada.
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El PSE ha apostado por convertir a las fuerzas nacionalistas en invisibles con el mensaje de que estas elecciones no son del PNV ni de Bildu, mientras que Sumar trata de situarse en un escenario en principio hostil y el PP se ha decantado por vincular en todo momento a los jeltzales con el sanchismo. Son dieciocho los diputados que representarán a Euskadi en el Congreso con la delimitación territorial muy definida. Los socialistas serían los más votados en Álava, mientras que el PNV mantendría su hegemonía en Bizkaia y la izquierda abertzale sería la más fuerte en Gipuzkoa.
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