Dos operarios de Talgo en Ribabellosa hacen trabajos en uno de los vagones fabricados en esa planta alavesa. jesús andrade

El último contrato con Egipto alivia a Talgo en su litigio con Renfe, que le exige 116 millones

El operador ferroviario responsabiliza al fabricante, con planta en Euskadi, de retrasos en la entrega de 15 trenes de alta velocidad

Martes, 16 de agosto 2022, 00:23

No está siendo un año fácil para la industria ferroviaria. Desde hace meses que los problemas en el suministro de materias primas y el incremento ... en el coste de la energía están generando dificultades a los fabricantes de trenes, que dependen en gran medida de los contratos que les adjudica la Administración pública para alimentar su cartera de pedidos. Son encargos a largo plazo y muy cuantiosos, sí, pero con la desorbitada subida de precios están complicando sobremanera la situación a empresas como Talgo, porque no tienen herramientas para compensar esos sobrecostes de materiales -aluminio y acero, principalmente- que han de hacer frente para afrontar la construcción y el mantenimiento de los convoyes.

Publicidad

La revisión de esas adjudicaciones fue una reivindicación unánime que el conjunto de la industria ferroviaria hizo a Renfe en abril. Pedía el mismo tratamiento para su sector que el aprobado por el Gobierno central para la obra civil, que permite a los constructores revisar al alza los contratos de obra pública hasta en un 20% cuando justifiquen un encarecimiento de los costes.

Cuatro meses después de aquella reclamación, nada se sabe de si será atendida o no por parte del operador ferroviario a pesar de las urgencias de los fabricantes. Por contra, lo que sí ha conocido Talgo en las últimas semanas es la indemnización que le exige Renfe de 116 millones de euros en concepto de retraso en la entrega de 15 trenes de alta velocidad, cuyos coches de pasajeros se fabrican en la factoría que tiene Talgo en la localidad alavesa de Ribabellosa. Este movimiento de la entidad pública ha generado un nuevo desencuentro con la compañía que dirige Carlos Palacio, que pese a todo sigue siendo un cliente de referencia y tiene adjudicados proyectos con un total de 113 trenes por valor de 1.130 millones.

De hecho, así se lo ha traslado recientemente en una carta al presidente de Renfe, Isaías Táboas, en la que considera que se ha cuestionado la profesionalidad de Talgo y que se ha «dañado claramente su reputación» con el consecuente impacto que tiene en clientes, inversores y trabajadores. Los retrasos de los que les responsabiliza el operador de trenes se justifican, por parte del fabricante, en los «cambios de diseño» que hizo Renfe una vez firmado el contrato. Así, en 2019 establecía enero de 2021 para la entrega del primer tren, pero en medio estalló la pandemia y toda planificación se vino abajo.

Publicidad

De hecho, la empresa liderada por Palacio también cerró plantas por «causa de fuerza mayor» debido al covid y hubo rupturas en las cadenas de suministro. Esa declaración «fue aceptada por los gobiernos y clientes de otros países, excepto en España», reprochó el presidente de Talgo al de Renfe. «Sinceramente, me parece una actuación de la que creo que nuestro Gobierno no debería ser la excepción internacional», abundó.

El recorte de horas semanales para hacer pruebas con los trenes y otras restricciones en el uso de las vías también han impedido a Talgo llegar a los plazos exigidos por el operador. Pero estos argumentos «se han negado a escucharlos» en Renfe, que le reclama esos 116 millones.

Publicidad

Los datos

280millones de euros es la cantidad a la que asciende el último contrato cerrado la semana pasada por Talgo para fabricar siete trenes para Egipto. Es el más importante en lo que va de año y eleva en un 10% su cartera de pedidos actual.

25%menos de ingresos ha obtenido la empresa en el primer semestre del año en comparación con el mismo periodo de 2021. En términos absolutos ha pasado de ganar 293 millones de euros a quedarse en 218.

El mayor encargo del año

En este escenario delicado, y tras un primer semestre donde los ingresos también han caído un 25% -de 293 millones en 2021 a 218 este ejercicio- por «un descenso coyuntural en la actividad industrial, derivado de disrupciones en la cadena de suministro» y también por la cancelación de trabajos de mantenimiento en Rusia, el contrato cerrado la semana pasada con Egipto supone todo un alivio para Talgo.

Los 280 millones de euros a los que asciende lo convierten en el encargo más importante en lo que va de 2022, supera de manera notable el anterior contrato con el operador egipcio de ferrocarriles ENR -157 millones- y garantiza carga de trabajo. También tendrá impacto positivo en Euskadi, donde la empresa emplea de manera directa a medio millar de personas. En Ribabellosa se harán los siete trenes-cama.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad