Pequeños actores en el gran escenario del hidrógeno

El hidrógeno es la gran apuesta del sector energético e industrial para conseguir a medio plazo un combustible barato y respetuoso con el medio ambiente. Las grandes corporaciones energéticas están en la vanguardia de los cientos de proyectos nacidos al calor de este boom, impulsado además por la promesa de una generosa financiación por parte de la Unión Europea y sus estados miembros.

Pero hay también una serie de pequeños actores que buscan su espacio en este nuevo y gigantesco escenario. Pymes, 'startups' y centros de investigación con potencial para crear empresas de futuro que articulen nuevas cadenas de valor en el ámbito industrial. Y capaces de proveer a los gigantes del sector de la tecnología que permitirá obtener hidrógeno a un coste asumible. Algunas de ellas mostraron sus cartas en el foro Inspiring Business Forum sobre 'Oportunidades de la transición energética: hidrógeno de alto valor' organizado recientemente por Tecnalia Ventures.

H2SITE es una 'startup' dedicada a la producción de hidrógeno 'in situ' a pequeña y mediana escala mediante reactores avanzados de membrana. Unos aparatos que, según el CEO de la empresa, Andrés Galnares, consiguen salvar dos de los principales problemas que plantea la utilización de este gas: el alto coste del transporte y su impacto medioambiental por su contenido en CO2.

Cuando se habla de conseguir hidrógeno a un precio de entre 1,5 y 2,5 euros por kilogramo, «hay muchas empresas que pagan más de 10. Y eso tiene que ver sobre todo con el transporte, una parte de la cadena de valor que es ineficiente». Un problema que afecta especialmente a los pequeños y medianos consumidores alejados de los núcleos de generación de hidrógeno centralizada.

Los reactores de membrana que H2SITE permiten producir hidrógeno 'in situ' mediante un proceso que además salva la cuestión medioambiental: se trata de convertir amoniaco en hidrógeno «con un 97,5% de eficiencia». Hoy por hoy ese producto químico, utilizado en muchos procesos industriales, «es uno de los vectores de transporte de hidrógeno más eficientes del mercado». El reactor, instalado en el punto de consumo, separa el hidrógeno que llegaría al cliente través de las infraestructuras existentes de gas natural.

Los mercados que interesan a H2SITE son los del hidrógeno industrial para pequeños y medianos consumidores (perfumerías, producción de vidrio plano, etc.), o el de la movilidad (sobre todo la marítima), entre otros. La empresa está situada en Markina, y actualmente tiene cinco empleados. Está inmersa en una ampliación de capital de en torno a los 8 o 9 millones de euros, «de los que tenemos cubiertos aproximadamente el 60%».

Tecnalia también busca la fórmula más efectiva para almacenar y transportar hidrógeno a grandes distancias. Su propuesta es incluirlo «en otro tipo de compuesto que sí posee una infraestructura, como el metano, el amoniaco o los combustibles líquidos», explica . El problema es que los reactores encargados de transformar el hidrógeno en esos vectores energéticos «tienen muy poca eficiencia, debido a que carecen de buenas transferencias de materia o de energía», explica Susana Pérez Gil.

Ella es la encargada de desarrollo de un tipo de reactores, los miliestructurados, que solucionan ese problema. «Con ellos conseguimos procesos más eficientes, con un menor coste de operación y que además genera menos residuos», añade Pérez Gil. Con el añadido de que «la inversión inicial que requieren es muy inferior a la de los reactores convencionales».

El centro de investigación busca socios de distintos ámbitos: ingenierías que ayuden a optimizar el proceso, sobre todo desde el punto de vista energético; un proveedor que suministre el catalizador necesario para desarrollar el producto, e inversores para «escalar, industrializar y automatizar todo el proceso».

Sus potenciales clientes serían de tres tipos: 'utilities' de energía eléctrica y gas que quieran hidrógeno verde para almacenarlo durante mucho tiempo o distribuirlo a gran distancia; las químicas y petroquímicas que utilizan hidrógeno en sus procesos industriales; y por último los productores de biogás, que podrían utilizar este combustible para transformarlo en un gas natural sintético e inyectarlo directamente en la red.

H2Greem Global Solutions, nacida bajo el programa de emprendimiento de Enagás presume de ser «la primera empresa española capacitada para la fabricación de un electrolizador de tipo PEM desde las materias primas hasta la integración de un equipo completo», en palabras de su CEO, Mario Carrero. Esto implica fabricar «nuestros propios catalizadores catódicos basados en platino sobre carbón y anódicos sobre óxidos metálicos». Además, diseñan los difusores de gas y producen sus propios electrodos. «Ensamblamos el equipo completo y lo entregamos a nuestro cliente final. Se trata de un aparato de pequeño tamaño, pero muy operativo».

La compañía, con sede en Madrid, pretende posicionarse entre los fabricantes «de pequeño y mediano tamaño. No podemos competir con los grandes». Su oportunidad, el gran desarrollo que se avecina en el campo de los electrolizadores para transporte, 'power-to-gas' (tecnología que convierte la electricidad en hidrógeno o, por síntesis posterior, en metano o en líquidos portadores de energía) o producción de combustible sintético.

El «mercado objetivo» de H2Greem Global Solutions son las empresas de renovables. La mayoría de los pedidos les llegan, asegura Carrero, «de compañías fotovoltaicas que se quieren meter en el hidrógeno». Actualmente buscan un socio tecnológico que les ayude a la industrialización del proceso de fabricación para crear una factoría de electrolizadores «de hasta 200 kilovatios». Para ello necesitarán «entre 500.000 y un millón de euros».