Los concesionarios auguran un parón en las ventas por el fin de la ayuda al coche eléctrico

El problema es que esa línea termina el 31 de diciembre y en Euskadi no hay alternativa prevista, por lo menos hasta ahora. Una situación que ha llevado la «inquietud» a los concesionarios vascos, tal y como explica a EL CORREO, Juan María López Osa, secretario general de la asociación guipuzcoana de empresas de automoción y concesionarios (AEGA).

La venta de coches en Euskadi estaba recuperando fuelle este año con un total de 19.798 nuevas matriculaciones hasta octubre, un 12% más que el pasado. Pero aún así, es uno de los pocos sectores que todavía no ha regresado a las cifras previas a la pandemia y se espera cerrar el año con 24.200 matriculaciones, que son un 65% menos que en 2019. López Osa explica que la compra de automóviles sigue resentida y no se alcanzará este año tampoco el millón de turismos vendidos en España. Y advierte de que «si no hay rapidez en diseñar una nueva ayuda se generará un vacío y un efecto de 'stop' en las ventas». López Osa recuerda además que esta dinámica ha provocado que el parque móvil de vehículos haya pasado de una edad media de 7,4 años en 2006 a 13,9 en este 2023.

Hasta ahora, según confirman fuentes del Gobierno vasco, se han adjudicado en Euskadi 32 millones de euros en ayudas para la electrificación de la movilidad. Para la compra de coches eléctricos, un total de 18 millones con 5.200 expedientes tramitados, y para la instalación de puntos de recarga otros 16 millones con 4.000 solicitudes. Son los recursos transferidos desde la Administración del Estado y que provienen de Europa dentro del Moves III y que ha tenido en Euskadi a la comunidad con un mayor grado de ejecución tras Navarra.

El Presupuesto del Gobierno vasco para el próximo 2024 no contempla partidas específicas para estas ayudas y, según confirman fuentes del Ente Vasco de la Energía (EVE) -organismo que ha ejecutado estas subvenciones-, de momento no hay nada previsto y se está a la espera de los acontecimientos para ver si el Gobierno de España, todavía en funciones y pendiente de la investidura de Sánchez, toma alguna decisión al respecto. Esta se guarda en la misma cartera de deberes pendientes, como el caso de la reducción del IVA a los alimentos básicos o la eliminación de los impuestos a la generación energética. De momento, lo que sí ha trascendido es la voluntad de PSOE y Sumar de no prorrogar ayudas con carácter universal y que no discriminan en función de los niveles de renta.

En este sentido, el Gobierno central ya tomó la delantera a las administraciones vascas el pasado mes de junio. Estableció entonces una desgravación en el IRPF del 15% para los gastos de ciudadanos destinados a la compra de un coche eléctrico o la instalación de un punto de recarga con un límite de 20.000 euros. La medida se traduce en una ayuda de hasta 3.000 euros, una cantidad que no se podrá percibir en Euskadi porque las haciendas forales no lo contemplan. Ni Bizkaia, ni Gipuzkoa tienen deducciones fiscales por este motivo y en Álava solo existen para empresas o autónomos que destinen el coche a actividades económicas.

La asociación de concesionarios de Euskadi ya planteó hace unos meses al Gobierno vasco una de las medidas habituales para impulsar la venta de vehículos: otro Plan Renove. La patronal de los vendedores de automóviles advirtió de que «el 29,4% del parque actual de turismos de Euskadi no dispone de distintivo medioambiental».

Además, el sector reclama que en las ayudas se tengan en cuenta todas las alternativas tecnológicas que no emiten CO2, no solo para los vehículos eléctricos, lo que supondría contemplar también el combustible sintético.