Sinner no tiene piedad de sus rivales
Pasa por encima de su compatriota Musseti en solo dos horas y se convierte en la principal amenaza de Alcaraz para alzar los brazos este domingo en Nueva York
Era la primera vez en la historia que un derbi italiano daba una plaza para estar entre los cuatro mejores de un Grand Slam. Jannik ... Sinner (1) y Lorenzo Musseti (número 10 del mundo) han demostrado la notable evolución del tenis transalpino, pero el encuentro en sí no tuvo color. Sinner hizo de líder, de hermano mayor de toda esta generación, e impuso su superioridad. Está irresistible. Ganó 6-1, 6-4 y 6-2, en una hora y cincuenta y nueve minutos. Estará en las semifinales de mañana viernes contra el sorprendente canadiense Felix Auger-Aliassime (27), que tras vencer a Zverev y Rublev ayer eliminó al australiano Alex de Miñaur (8), por 4-6, 7-6(7), 7-5 y 7-6 (4) en algo más de cuatro horas.
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Al igual que hizo en su anterior encuentro contra Alexander Bublik, al que solo dejó ganar tres juegos, Sinner no tuvo piedad de su compatriota. Desde el primer saque lo atacó. Está en una forma que empequeñece a sus adversarios a pesar de tener una buena posición en el ranking, a los que debilita golpe a golpe, como el boxeador que busca vencer por nocaut técnico, a los que no concede respiro alguno. Los ahoga, prácticamente, en fallos no forzados y los extravía intentando encontrar una estrategia defensiva mejor que la que traían preparada, invalidados para romper el potente servicio del número uno.
El espectáculo, no obstante, acaba perdiendo brillo y emoción. Solo se producen unos pocos rallys con el suficiente nivel como para arrancar aplausos o levantar al público de sus asientos. Desde luego, no es culpa del adversario, sino del altísimo nivel que hoy tienen tanto Sinner como Carlos Alcaraz, que se han ganado. Para ellos, firmes candidatos a disputar una nueva final de Grand Slam el próximo domingo, y especialmente para Sinner en la noche del jueves es el aplauso. No perdió un saque, sumó 16 golpes ganadores más que su rival.
Será un encuentro que el deporte y los aficionados italianos recordarán toda la vida. Pero para los amantes de partidos más reñidos y espectaculares será recordado como las pastas a las que les falta sabor, a esas que no llevan ni tomate, ni aceite, ni salsa alguna. Un partido que mandó al público del Arthur Ashe a sus casas antes de lo previsto. Un partido de esos que es mejor que se definan en tres sets y si puede ser en una hora y media que en dos, mejor.
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