La hinchada azul confía en, hoy sí, poder vivir el ascenso en Urritxe. Carlos Gil-Roig

«Poder vivir un ascenso en Urritxe es insuperable»

Amorebieta-Nástic | 19:30h ·

La afición del Amorebieta afronta el choque de esta tarde con nervios pero sobre todo la ilusión de poder ver a su equipo ascender en casa

Fernando Romero

Sábado, 20 de mayo 2023, 10:52

Sobre estas mismas fechas de hace un par de años, semana arriba semana abajo, el Amorebieta lograba un histórico primer ascenso a Segunda División. Pero ... lo hacía lejos, muy lejos. Más de setecientos kilómetros de distancia y la aún vigente pandemia impidieron que muchos aficionados vizcaínos pudieran acompañar al equipo en el ya mítico 'viverazo'. Hoy, tras una campaña excepcional, Urritxe puede ser escenario de otro hito en la historia del club zornotzarra, logrando un nuevo ascenso a la categoría del plata del fútbol estatal. Y esta vez sí, con la afición arropando al equipo.

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La euforia que rodea a este partido es tal que las entradas están totalmente agotadas desde el martes. Apenas duraron unas horas a la venta. Ilusión, ganas, esperanzas y muchos nervios se entremezclan en el cóctel de sentimientos de la hinchada azul unas horas antes de la crucial cita contra el Nástic de Tarragona.

«Creía que lo del 'viverazo' iba a ser algo único e irrepetible, pero poder vivir esto tres años después y en Urritxe es insuperable», lanza Carlos, que no piensa perderse el partido «por nada del mundo». «Esto no lo pensaba volver a vivir y es multiplicado por mil», le acompaña Markel, inseparable compañero de aventuras. «Esto es un viverazo de 38 semanas», añade exultante, orgulloso por la gran campaña que está haciendo la escuadra comandada por Haritz Mujika.

El técnico de Pasajes es centro también de muchas alabanzas y comentarios desde hace semanas porque, como algunos reconocen, «nos ha tapado la boca». «A principio de temporada no todos confiábamos por todos los cambios que hubo, era una papeleta. ¡Pero cómo cambia el fútbol!», admite Markel, otro de los que estará en Urritxe animando a los azules. Él sí lo hará, pero no algún que otro miembro de su cuadrilla. «No va a ir por los nervios, aunque seguro que está pendiente. Es de los que no falla a un partido desde juveniles, pero para este va a ceder su carnet porque le puede la emoción», comenta.

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Tampoco irá al estadio Amaia, a la que sus amistades, de otros municipios cercanos, no paran de pedir entradas desde hace días. «Es una locura , por más que les digo que es imposible». Su plan será ligeramente distinto, ya que goza de unas vistas privilegiadas de Urritxe. «Vivo enfrente, así que nos juntaremos con unos amigos en casa», confirma.

Ese no es el caso de Rodolfo, quien afirma que «fui más nervioso a Las Gaunas». Los motivos, los mismos que ha argumentado Mujika desde aquel mismo día. «Queda un partido menos y la distancia es la misma con el Eldense, eso me hace estar más tranquilo». Irá al partido junto con sus hijos, todos enfundados en sus camisetas azules, respondiendo así al llamamiento hecho desde el club.

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Del elogio a las bromas

«Ascender en Urritxe puede ser muy bonito como despedida de este campo, se escucha que van a hacer obras y no podremos jugar aquí en un tiempo. Además, que sea el último partido de liga como local le añade un sentimiento especial al partido», detalla Rodolfo.

Por un momento, la charla se pone seria. Es la hora de las alabanzas al equipo. «Ahora mismo el Amorebieta es un referente para el fútbol modesto. Su éxito es el del fútbol sencillo, el de toda la vida, aunque algunos sigan empeñados en no reconocer sus méritos», argumenta Carlos. «Estamos a un paso de recoger, tan solo un año después de haber descendido, los frutos del trabajo bien hecho», significa Carlos.

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«Yo tengo prometido que si sube el Amorebieta me tiño el pelo», espeta Txus. «Mi mujer está deseando verme de rubio platino, ja, ja, ja». Rodolfo, mientras, está pensando en ir disfrazado de granjero, «por todas las chorradas que se han dicho durante la temporada de que Urritxe es un corral de vacas». La apuesta de Markel es mucho más meritoria. «A mí me tienen que bajar a hombros hasta El Cojo», bromea. Eso sí, todos tiene claro dónde festejarían el ascenso del Amorebieta si finalmente se da este sábado: «¡En la patata!».

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