Alain Ribeiro: «El equipo tiene la confianza suficiente para dar un golpe sobre la mesa»

El Barakaldo necesita recomponerse cuanto antes para abandonar los puestos de descenso. Es por ello que el encuentro del sábado -15:45 horas- es toda una final para los fabriles. Se medirán al Leioa, enun derbi vizcaíno con el farolillo rojo en juego. Solo dos puntos separan a estos dos últimos clasificados. Este duelo será aun más especial para Alain Ribeiro, que el curso pasado militó en las filas del cuadro azulgrana, cedido por el CD Vitoria. A pesar del cariño que le tiene a su ex equipo, el centrocampista getxotarra señala que afrontarán este encuentro «con el cuchillo entre los dientes». La delicada situación que atraviesa el club de la Margen Izquierda, no hace tirar la toalla a los jugadores. «El equipo tiene la confianza suficiente para dar un golpe sobre la mesa y escalar puestos poco a poco», asevera el mediocentro de 23 años.

Desde que concluyó su etapa de juveniles ha estado vinculado al CD Vitoria. ¿Por qué decidió salir rumbo al Barakaldo en verano?

Me quedaba un año más de contrato allí en la cantera del Eibar, pero ambas partes llegamos a un acuerdo porque creímos que lo más conveniente era que saliera. Tenía varias opciones fuera, pero la que más me gustaba era la del Barakaldo por la historia que tiene este club. Desde el primer momento, Aitor Larrazabal se interesó por mí, me llamó varias veces durante el verano y me lo planteó muy bien. Tengo una muy buena relación con él y quería entrenar con él desde hace un tiempo ya. No hizo falta mucho tiempo para que me lo pensara.

Sin embargo, las cosas no han ido según lo esperado. ¿Cuál ha sido el detonante de esta situación?

Estamos acostumbrados a oír eso de que el trabajo trae recompensas, pero muchas veces no es así. Este es el mejor ejemplo. El equipo trabaja a muerte y la entrega de todos los jugadores es increíble. Es el año que más estoy notando la carga de entrenamientos. No sé cuál es el problema, puede ser por la ansiedad de no sacar puntos. Todavía queda toda la segunda vuelta que será determinante y la confianza en el grupo y en el cuerpo técnico es del cien por cien. Ni nos planteamos tirar la toalla.

¿En qué ha cambiado el Barakaldo de Aitor Larrazabal al de Germán Beltrán?

Es una prolongación del Barakaldo de Aitor Larrazabal. Hay muchos conceptos que hemos trabajado con él que nos van a venir muy bien de cara al final de la temporada. Germán está aportándonos cosas nuevas y los jugadores estamos como esponjas absorbiendo toda la información que nos da para plasmarlo en el campo y cambiar los resultados, que es lo principal. Estamos entrenando bien, pero a la hora del examen estamos suspendiendo.

El siguiente encuentro frente al Leioa es trascendental por el momento en el que llega y por ser el rival más directo, ¿no?

Es un partido muy importante, es una de las fechas señaladas para nosotros. Vamos a ir con el cuchillo entre los dientes. Los dos equipos estamos en una situación de vida o muerte y ganar nos puede suponer abandonar el farolillo rojo. Verte ahí abajo pesa, pero el equipo tiene la confianza suficiente para dar un golpe sobre la mesa y escalar puestos poco a poco.

Usted también tendrá ganas de regresar a Sarriena.

Sí, le tengo un cariño especial al Leioa. He estado allí en cadetes y el año pasado. Para mí, la temporada pasada fue crucial porque venía de un año en el que no me había sentido a gusto en el Vitoria y desde que entré en el vestuario en el Leioa me sentí como en casa. Me marcó mucho. Ahora tengo mucho pique entresemana con ellos, sobre todo, con el preparador físico. Eso sí, desde que pite el árbitro, no hay amigos y cada uno mirará por lo suyo.

¿Cuál será la clave para que obtengan los tres puntos frente al Leioa?

Tienen muy buen equipo con jugadores muy destacados como Pradera, Yurrebaso o Juaristi. Será un partido muy físico porque el campo no nos permitirá jugar mucho. Puede estar embarrado y primará la lucha, las disputas y el fútbol de verdad. Los fallos determinarán el resultado y el que menos tenga, estará más cerca de ganar. Esperemos que seamos nosotros porque la última posición ya nos cansa.