El Barakaldo necesita la entrada de un grupo de inversores ajeno a la masa social

El futuro del Barakaldo pasa por convertirse en Sociedad Anónima Deportiva. Este modelo de club permite una inyección económica importante, que podría paliar con la gran deuda que azota a la entidad fabril. De hecho, «es la única solución», según los actuales mandatarios. No obstante, para ello, un grupo de inversores tendría que desembolsar una importante cantidad. Debería conformarse un capital social de alrededor de dos millones de euros, además de convivir con una dura multa que se debe abonar en un plazo máximo de diez años. La Junta Gestora está trabajando para encontrar un grupo de inversores ajeno a la masa social, que se haga con el equipo el próximo mes de febrero. Tal y como adelantó EL CORREO, ya existen entre cuatro y cinco interesados.

Un gran número de socios del Barakaldo acudió a Lasesarre para no perder detalle de la preocupante situación que tiene entre las cuerdas a un club centenario. El proceso llevado a cabo para gestionar la deuda de 1.232.000 euros volvió a ser protagonista. La Seguridad Social fue «intransigente», tal y como reiteró en varias ocasiones el presidente y no rebajó ningún ápice dicha cifra. Por lo tanto, los directivos se vieron obligados a aceptar esta cantidad, porque, de lo contrario, alguna objeción podría haber supuesto la disolución del club. El plan del Barakaldo es pagar la mitad de dicha multa en cinco años y la otra mitad en los siguientes cinco años.

Los socios se mostraron preocupados por si el Barakaldo tenía capacidad de hacer frente a esta dura sanción. La respuesta fue clara. «La única solución es la conversión a sociedad anónima», subrayó Jesús María Isusi, al igual que lo hizo el día anterior en rueda de prensa. El proceso de conversión a SAD comenzaría el 14 de febrero y podría finalizar en unos dos meses, aproximadamente. Antes de conocer cualquier atisbo de la sanción de la Seguridad Social, un grupo de inversores baracaldeses encabezados por el propio Isusi se comprometió a invertir un total de un millón de euros para conformar el capital social del club. En cambio, las circunstancias ahora son muy diferentes y todo ha cambiado.

El capital social del Barakaldo debería ser de dos millones de euros aproximadamente para contrarrestar el pasivo que supone la sanción de 1.232.000 euros impuesta por la Seguridad Social. Salvo sorpresa inesperada, resulta prácticamente impensable que la masa social del club recaude una cantidad tan abultada. Es por ello que «el mayor esfuerzo que estamos haciendo es buscar inversores que puedan entrar para que el Barakaldo se convierta en sociedad anónima deportiva», señaló el presidente. A pesar de la situación actual del conjunto gualdinegro, el club ha recibido el interés de «varios contactos serios».

Entre cuatro y cinco grupos de inversores han llamado a las puertas de la entidad, «con interés de afrontar la deuda y el capital social que los socios no desembolsemos», aseveró Jesús María Isusi. La Junta Gestora ha puesto una serie de condiciones a todos ellos. «Que el equipo nunca se pueda cambiar de población, que siga vistiendo sus colores y su escudo, y siempre sea el Barakaldo CF fundado en 1917», resaltó respecto a unos criterios de identidad. Asimismo, prohíben que las acciones se vendan en un periodo determinado de años para evitar la especulación. De todos modos, el casting está abierto y el Barakaldo puede encontrar su salvavidas en «el que mejor proyecto ofrezca», tal y como afirmó Isusi.