Omar Fraile gana la etapa final en la Vuelta a Andalucía de Pogacar

Fraile compartió su alegría con el resto del Ineos y con compañeros de pelotón. Abrazos. Llevaba tiempo sin agarrar un triunfo. Con 32 años, mantiene su pegada, aunque ahora se dedica a que otros ganen. Estaba, por ejemplo, entrenando con Egan Bernal cuando el colombiano sufrió hace un año el brutal accidente de tráfico que casi le cuesta la vida. Al lado de los líderes del Ineos aparece casi siempre el vizcaíno, que ha sabido salir de unos cuantos baches. La victoria en la quinta y última etapa de la Vuelta a Andalucía del corredor de Santurtzi es otro síntoma del buen nivel que luce el ciclismo español en este inicio de temporada.

Basta un vistazo a la clasificación final: tras el intratable Pogacar figuran el alavés Mikel Landa –segundo, a 1.23, en su segunda carrera del año–el colombiano Buitrago (a 1.28), el joven andaluz Carlos Rodríguez (a 1.44) y el mallorquín Enric Mas (a 2.03), que llegó a tutear al líder esloveno en la cuarta jornada de esta carrera. Todos salen reforzados para esta primavera y convencidos de que están en el camino hacia sus metas. La de Pogacar, Landa y Mas está fijada el 1 de julio en Bilbao, sede de la Gran Salida del Tour de Francia.

La etapa final, de 184 kilómetros entre Otura y Alhaurín de la Torre, pasó al trantrán por el largo puerto del Sol. La fuga, entre otros, de De Bondt e Isasa, se repartió los puntos de la cuesta, aunque el rey de la montaña ya estaba decidido: el vizcaíno del Euskaltel Gotzon Martín. El Movistar impuso la marcha para buscar en Alhaurín el triunfo con Cortina o Serrano. Ese plan lo hizo trizas Pogacar. Su equipo, el UAE, había ganado todas las etapas anteriores –tres con Pogacar y la otra con Wellens–. Quería más, la última. Con Alessandro Covi.

En la breve subida final, Pogacar se desató. Fuerza bruta. Wellens y Covi apenas podían seguirle. Empezaron a reventar corredores. Pompas de jabón. La asfixia era general cuando el esloveno se apartó. Wellens dio un tímido relevo y Covi trató de rematar la faena con las manos en lo alto del manillar. Bien agarrado abajo, le pasó Omar Fraile, que trazó el bucle final y tuvo tiempo para besarse la mano, cerrar un puño y gritar sin aliento por una victoria tras casi dos años de sequía. La última, en el Campeonato de España de 2021, le llegó también cuando nadie lo esperaba. Se puso a tirar para el lanzamiento de Aranburu. Tanto tiró que el guipuzcoano no pudo remontarle. Y así ganó, casi sin querer. En Alhaurín le catapultó, sin querer, el mejor: Pogacar.