Espectáculos, pasacalles, circos... Raquel Carpio acude allí donde la llaman para mostrar su habilidad. RAQUEL CARPIO

Raquel Carpio, la única especialista en rueda alemana de España

Lleva 20 años viendo el mundo girar desde este artefacto, una modalidad de gimnasia considerada deporte en países como Alemania, aunque no aquí

Jueves, 6 de agosto 2020, 00:27

La valenciana Raquel Carpio estudió Educación Física y durante la carrera descubrió la gimnasia con la llamada rueda alemana ('rhönrad' en alemán), que consiste en hacer gimnasia sujetada a dos grandes círculos paralelos unidos por seis travesaños. ¿Por qué el nombre de 'rueda alemana'? Porque fue inventada por un ciudadano originario de allí y porque fue en Alemania donde en 1925 un hombre llamado Otto Feick construyó la primera rueda, que nada tenía que ver con las actuales, que están hechas a piezas y con materiales muy livianos, son desmontables, se pueden transportar fácilmente en espacios reducidos y, lo más importante, son muy manejables.

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Destreza, percepción corporal, musculación, flexibilidad, estética, equilibrio, orientación espacial para dominar los movimientos, valor, espíritu de sacrificio y superación, un organismo equilibrado y una mente poderosa. Todas ellas son cualidades indispensables para dominar la rueda alemana y Raquel Carpio tiene la suerte de contar con ellas para ser capaz de realizar ejercicios de gran dificultad dentro y en el centro de la misma. El diámetro de la rueda depende de la longitud de la gimnasta, de modo que la persona que la lleva puede sostenerse a sí misma en las empuñaduras cuando se estira completamente. Las hay de 130 a 245 centímetros y pesan entre 40 y 60 kilos. «La mía, unos 55 kilos», comenta Carpio, que desde hace dos años ha dejado de compaginar esta práctica a medio camino entre la gimnasia artística y la rítmica con la docencia (ha sido profesora de gimnasia) para dedicarse a ella en exclusiva y mostrar su pericia allí donde la llaman; en espectáculos, pasacalles, fiestas, circos, fallas o eventos.

La rueda se puede utilizar a través de varios ejercicios en su interior, en su perímetro o saltando por encima de ella. Hay ejercicios en línea, cuando la rueda se desplaza sobre dos círculos. En espiral, cuando se mueve sobre un círculo. Y saltando por encima, realizando una acrobacia. Se puede emplear individualmente, por parejas o en grupo. En España no encontraremos grupos, Raquel Carpio figura entre las contadas personas que la practican. Pero ella ha estado en el último Campeonato Mundial y allí ha podido comprobar la cantidad de personas de fuera de aquí que dominan y triunfan en esta disciplina. En la ciudad de Wurtzburgo está la Asociación de Rueda Alemana más antigua del mundo.

«Yo estudiaba la carrera de Educación Física en la Universidad de Valencia. Muchas veces venían expertos y deportistas a darnos cursos a los alumnos y en una ocasión nos dieron uno de rueda alemana. Yo practicaba gimnasia artística y acrobática y empecé a utilizar una vieja y muy rudimentaria que tenían en la facultad para aprender los primeros movimientos. Poco a poco fui formándome y mejorando a base de cursos en el extranjero y, sobre todo, por mi cuenta. He aprendido mucho en los cursos pero también de forma autodidacta a base de vídeos«. Así las cosas, Raquel Carpio señala que lo más duro de lo que fuera de España se considera un deporte es «la soledad. Yo no tengo a nadie que me acompañe mientras trabajo, ni entrenador ni compañeros, o simplemente alguien que me diga si esto se hace de una manera o de otra». Pero entre una cosa y otra han transcurrido 20 años desde que tuvo su primer contacto con la rueda alemana.

«Te tienes que buscar la vida fuera de España si quieres mejorar», subraya Raquel, que aprovecha para hacer una petición: «Me gustaría que la Federación de Gimnasia española acogiera también este deporte. La gente lo ve asociado al mundo del espectáculo y en realidad se concibió como un deporte, aunque haya sido y sea muy poco conocido en España». Una de las primeras grandes exhibiciones tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, en la ceremonia de apertura. «Hitler quería que todo fuera muy ostentoso y esto era ideal», indica Carpio.

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Raquel Carpio se dedica en exclusiva a la rueda alemana desde hace dos años. RAQUEL CARPIO
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